El destinatario de las voces narradoras, un contestador automático, marca el rasgo diferencial de esta novela. Son cuatro mujeres que esquivan el cara a cara a la vida por distintos motivos, haciendo del aparato su particular confesionario. La trama acabará uniéndolas. Dos de ellas ganan “por goleada” como personajes con respecto a las dos restantes. Es una novela entretenida, de lectura fácil, que podría haber tenido más posibilidades.