. Me pareció muy interesante el resultado de las investigaciones de la autora que, quizás, ha contribuido a precisar algunos hechos históricos alrededor de la vida y obra de Germánico, el cuarto Emperador romano. Sin embargo, los relatos de María no han hurgado en la veracidad de muchas actuaciones de Calígula que le han atribuido una terrible y siniestra reputación histórica. Cuando ratifica hechos conocidos lo hace de una manera que, en mi opinión, no permite apreciar el alcance violento y cruel de las decisiones subsecuentes de un hecho en particular que, a juzgar por lo narrado por historiadores de la época como Suetonio y Séneca “el Joven”, entre otros, tuvieron una enorme relevancia en el transcurrir de su mandato imperial.
Como ejemplo, se pudiera citar el asunto de la enfermedad de Calígula que, al parecer, fue un episodio crítico que derivó en una concepción distinta y sanguinaria del Emperador, una vez recuperado de su dolencia. La autora, digamos, edulcora este pasaje asignándole mayor responsabilidad a las intrigas del esclavo Calixto.
De prosa ágil y detallista, la autora de esta novela, recuerda a Flaubert por las descripciones minuciosas de los relatos. Se nota también una influencia del estilo de Marguerite Yourcenar en las “Memorias de Adriano” aunque nunca llega a acercase al manejo del lenguaje, de los datos históricos y del embeleso que inspira la escritora belga.A veces, se torna aburrida ya que se extiende en situaciones o eventos colaterales, aunque interesantes. No creo que haya reivindicado a Germánico como Emperador aunque tampoco estoy seguro de que se lo haya propuesto. Presenta al joven germánico como en una estadía de “prisionero” en la isla de Capri por órdenes de Tiberio con quien tenía, según ella, muy poca interacción. Otros historiadores lo retratan más bien como una “especie” de protegido de Tiberio de quien aprendió las perversiones de este y que, posteriormente, puso en efecto una vez convertido en Calígula, el Emperador.El libro permite advertir dos hechos históricos referente de Calígula como Emperador: a) La duración de su mandato fue solo cuatro años en contraposición al temido Tiberio que permaneció más de 20 años como emperador. b) El Senado romano, luego de su muerte, le aplicó lo que se denominaba el Damantio Memoriae, a pesar de haber tenido un gobierno tan breve. Este tratamiento estaba dirigido a borrar la memoria de los peores Emperadores. Ni siquiera a Tiberio quien asesinó a muchísima gente por simples sospechas, le fue aplicada tal sanción histórica. El mandato de Calígula tiene que haber sido terrible aunque la autora no lo establece con claridad y más bien tiende a ser demasiado conciliadora con el desempeño de Germánico.En términos políticos y de servicio público, la acción de gobierno de Germánico fue, en mi opinión, de alto alcance. En lo político, haberse propuesto detener la expansión del Imperio, firmar la paz con los estados vecinos, permitirle la elección de sus Autoridades, devolver a sus dueños originales algunos territorios; son todas acciones de un gran Estadista. Tales propuestas no fueron respaldadas por el Senado pero no se puede negar que eran planes que hubieran conducido a un futuro pacífico y de mayores realizaciones en cuanto al intercambio comercial y cultural en beneficio del Imperio.A propósito, estas metas no se pudieron lograr sino hasta el advenimiento de uno de los cinco emperadores “buenos” de Roma: Adriano. La obra de Calígula en infraestructura, sin embargo, fue magnífica. En apenas 4 años, restauró y construyó nuevas carreteras, acueductos, teatros, palacios, puentes y obras de mucho avance ingenieril y tecnológico para la época aunque para ello diezmó las finanzas públicas y no dejó buena impresión como administrador.Su gestión de gobierno con el “popule”, sobre todo durante el primer año, adoleció de una característica que históricamente siempre ha sido fatal para la política: el populismo. Logró la lealtad del ejército a base de aumentos frecuentes en la remuneraciones, repartió dádivas en dinero y bienes al pueblo y hasta distribuyó gratis trigo traído de Egipto afectando el sistema de distribución lo cual el mismo pueblo terminó calificando esta acción como inconveniente.Aunque las intrigas cortesanas eran algo común en la Roma Imperial, los duros golpes recibidos por Germánico durante su niñez y gran parte de su adolescencia le imprimieron una sensibilidad particular a dos características nefastas para desempeñarse al frente de un gobierno: la venganza y la intriga. La primera le condujo a dedicar mucho esfuerzo y dinero a reivindicar y vengar la muerte de su madre, hermanos y amigos cercanos a manos de Tiberio y de la curia romana. Por supuesto, esto le fue creando poderosos enemigos. La segunda, lo dejó a merced de las intrigas y “complots” hasta de sus más fieles allegados, como fue el caso de Calixto el esclavo quien, finalmente, fraguó su asesinato.En resumen, me parece que la autora, Maria Grazia, tiene sus mayores méritos en su excelente trabajo de investigación histórica y brinda una perspectiva novedosa y desconocida de la era “Caligula”. Bien escrito y entretenido.También es sorprendente, como se señala con alguna frecuencia, apreciar que los políticos “modernos” han aprendido poco de la historia y siguen repitiendo esquemas de gobierno que han fracasado rotundamente. El populismo, la venganza, el resentimiento, la intriga, la instigación del enfrentamiento de clases -que no es lo mismo que hacer justicia social y e igualdad ante la Ley- y el apego al poder sin propósitos elevados, siguen signando el desempeño de muchos gobernantes en el mundo o aspirantes a tales.