Ser infiel puede provocar en las personas
diferentes respuestas. Pero sobre todo la aparición de sentimientos como
la culpa o la frustración. ¿Qué rasgos o sentimientos comunes podemos encontrar
en el hecho de cometer una infidelidad?
Para los hombres la sensación de infidelidad, va
acompañada de la culpa. Para personas religiosas, la culpa adquiere un matiz
bastante importante, ya que implica una situación de pecado. Pero para
otras la culpa se encuentra ligada al juicio social. Cuesta tranquilidad.
La culpa y la frustración
El sentimiento de culpa va acompañado de manera
intrínseca con dosis de ansiedad y estrés, constituyéndose como otros rasgos de
la personalidad de quien "falló".
La ansiedad con el tiempo podrá llegar a ser
manejada, cuando creen tener la situación bajo control. Pero a la ansiedad
también podemos añadirle la preocupación de que el otro busque estar con otras
personas o recurra a aquella que siempre nos hizo ruido. Hay algo cierto, si
así lo quiere no podrás evitarlo está en su derecho.
¿Y cómo superar?
'En verdad no lo había hecho. En general no
experimenté jamás esta sensación en la boca del estómago ni el miedo. Nunca me
había sentido culpable ni había experimentado el peso de la palabra traición'.
En nuestra sociedad creemos que le hicimos esto a alguien que no se lo
merecía.
Panorama nublado
He conocido a personas de dos tipos: quienes
creen en el compromiso, en una relación de fidelidad cerrada en la que una
mirada o el deseo hacia otra persona es casi un pecado y he conocido a los
viven la relación de una forma más abierta, donde pueden diferenciar el sexo
del amor y esta conjunción no les genera ningún tipo de inestabilidad
emocional. Lo que le ocurre a muchos: "Siempre he formado parte del primer
grupo, tanto para tener en cuenta a una pareja como para mí mismo. Ese tablero
sólido y reglado se ha tambaleado en varias ocasiones, instantes en los
que no quise mirar fijamente a alguien porque no quería ver que ese deseo
me nacía de adentro. Y entonces me encontré con la otra persona y abrí los
ojos, me dejé ir y no pensé en nada y todo lo que creía que tenía claro, se
emborronó.
La culpa: se atraviesa en el pecho
Hay que preguntarse y ser muy honesto: "Si
no le hubiese dicho y nunca se entera me sentiría tan culpable como hoy que le
perdí?". Seguro que no. Te sentirías culpable pero no con esa magnitud de
hoy y podrías seguir tu relación aprendiendo del hecho y tratando que no vuelva
a ocurrir, nos explica Javier Reyes, psicólogo clínico.
'Es entonces cuando podemos replantear. No has
dejado de amar a tu pareja porque estuviste con alguien más. Ni estuviste con
alguien más porque hayas dejado de amar a tu pareja. Las razones son diversas.
Pero entonces, ¿Porque me siento así?. Lo que hay es más simple: hay afecto,
puede ser la mejor persona y no merecer esto pero me siento descubierto,
frustrado y magnifico todo desde mi perspectiva en el "lo perdí todo por
menos o por nada"', dice el especialista. Hay quienes se sienten culpables después de
una infidelidad y otras personas que no. Quizás el tema de la culpabilidad
podría ir relacionado con si justifican o no el hecho de ser infiel. Hay
quienes pueden justificarlo diciendo o pensando: 'ya no tengo relaciones
sexuales con mi pareja' o 'ya no nos sentimos igual'. Esto puede hacer que
no se sientan del todo culpables. En cambio, hay otras personas que, a pesar de
que puedan justificar los motivos, acaban sintiéndose culpables porque
sienten que han traicionado o bien a la persona o a ellxs mismxs"
Pero a veces se habla de 'sincericidio':
"Es una palabra que nace de sinceridad y suicidio porque, muchas
veces, el que confiesa porque se siente tan culpable, descarga esa culpa (puede
pasar a sentirse mejor) pero puede crear una importante crisis de
ansiedad.
La culpa puede hacernos reaccionar de formas muy
distintas y es necesario plantearse qué hacer con ese sentimiento: ¿vale la
pena confesar a la pareja el engaño?, ¿es algo pasajero y no volverá a
ocurrir?, ¿se trata de un síntoma de que algo en la relación va bien? 'Yo
añadiría: ¿Hay algo en la relación CONMIGO que no va bien? y ¿Desde cuándo?',
comenta Reyes. Hay que darse un tiempo de reflexión para poder decidir dónde
colocar la culpa. Pero lo perdido está perdido. Dependerá de nuestra
pareja lo que sienta por nosotros y su capacidad de creer que somos seres
humanos y no el ideal de seres perfectos. Sí, no es que deba felicitarnos y
hacer como si nada. Pero si nos dice: 'No quiero saber más de ti' respetarlo.
Tener muy claras las bases de que puede ser la persona idónea para nosotros.
Pero hay algo claro: una o varias piezas nos faltan que ni la persona más
completa puede proveer. 'Es que tenía todo y aun así fallé'.
'Lamento tirar tu telenovela, debo decir como
terapeuta que está mal completarse con el "todo" de alguien más.
Porque, en realidad estamos usando a alguien para sustituir los vacíos
propios', argumenta el psicoterapeuta.
Eliminar la culpa y continuar
Si se toma la decisión de no decir nada, de
guardar el secreto porque crees que se trata de algo pasajero o
porque consideras que tal verdad puede herir a la pareja, hay que hacer
algo al respecto. La psicología explica que "a veces puede ocurrir que,
tras haber cometido una infidelidad —y debido a que nos ataca una sensación enorme
de culpa—, la persona que la ha cometido busque enmendar tal error
con respecto a la pareja. Esto facilita la desculpabilización". 'Es decir,
empiezas a comportarte de una forma patética: haces planes, te vuelves más
vulnerable, persigues buscando el perdón. Si la otra parte decide no seguir más
contigo entonces hay algo claro: el viaje tienes que continuarlo a solas. No
puedes obligar a nadie a querer estar contigo. No es tu relación. Era la
relación de dos. Despídete y aprende. No es que te hagas una fiesta a ti mismx
pero sí es una oportunidad para saber que falló en ti que te llevó a esto. No
eres la peor persona. Eres una persona que ha errado, si de una mala manera,
pero no eres un monstruo. Sí tu ex vuelve a buscarte después de un tiempo, ten
cuidado en no caer en el drama de ser quien debe cuidarle como el principito a
su rosa', dice Javier Reyes.
La idea del compromiso y la monogamia ha creado,
en segundo plano, que exista la culpa. Pero no podemos detenernos en ella. Una
infidelidad suele ser síntoma de algo, así que más que dejarte comer por tus
fantasmas, deberías analizar hacia dónde quieres llevar tu relación
contigo. Si quieres continuar con tu pareja, analiza qué te hizo ser
infiel y busca mejorar los aspectos de nuestra relación que te parecen
insuficientes. Si es posible, intenta hablar con tu pareja y plantearle el
problema para que, en definitiva, puedan plantear cambiar la estructura de la
relación. Si no es opción seguir, debes tomar la decisión de dejar ir. Contarlo
o no interferirá de maneras diferentes en cada una de las posibilidades. Ahora
bien, hay algo que debe ser un mantra a seguir y funcionar como único
objetivo: busca —intentando no herir a los demás— entender absolutamente
todo lo que te haga sentir bien. Lo que no lo hace, te quita tiempo y energía.