Muchos parecieran dar por sentado el que un nuevo mundo estaría emergiendo a partir de la denominada pandemia COVID-19. Quizá podrían tener razón con respecto a determinados aspectos relacionados con el control social, pero no más que eso. Sería absurdo imaginar que de ahora en adelante viviremos con mascarillas, limpiaremos asiduamente nuestras manos con alcohol gel, mantendremos una distancia relativa, no habrá apretones de manos, no besaremos en la mejilla, no habrán abrazos, no se podrá bailar en pareja, no habrán más eventos masivos…