Querida, no
puedo verte,
el confinamiento
es muerte
de esta
pasión imposible,
no tenerte
es . . . tan terrible.
Cariño, la angustia
es larga
la
contingencia se alarga,
la pandemia
nos supera
cruenta
espera desespera.
Esta
aventura amorosa,
hoy, se
torna desastrosa,
seguimos
comprometidos
y en cada
casa metidos.
No hay pretexto
pa’ salir,
pues, no consigo
mentir,
ya no se
lleva, como antes,
nuestra
condición de amantes.
Está al
borde del ocaso,
inevitable fracaso,
veinticuatro
horas al día
peno por ti vida
mía.
No hay
solución a la vista,
lo mejor es
que desista,
mi hogar se
ha vuelto castigo
no logro ni
hablar contigo.
El celular
no es aliado
con tanto
testigo al lado,
el miedo,
más, nos separa,
¿qué destino
nos depara?
Guardar la
“sana distancia”
desoladora
fragancia
de una
medida insufrible,
como
quisiera ser libre.
Autor: Lic.
Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de
México, a 27 de abril del 2020
Reg. SEP.
Indautor No. (en trámite)