EscribLa gestión de proyectos viene incorporando cambios y evolucionando desde su comienzo, abriéndose en metodologías diferentes, con foco en qué hacer y cómo hacerlo, o en ser más predictiva o más ágil, pero siempre con el objetivo de tener mejores resultados, más controlados y con mayor satisfacción usuaria de la resultante de los mismos.
Se han ido incorporando capítulos y nuevas ediciones o extensiones de las metodologías y en este artículo mencionaremos brevemente dos de esos cambios, la gestión de riesgos y la profesionalización.
La necesidad de controlar el riesgo y proporcionar una mayor certeza y control de los resultados de los proyectos ha llevado a un aumento de la conciencia sobre la gestión del riesgo, incluyendo además del proyecto, el programa y el portafolio de proyectos de las organizaciones.
Los beneficios de una gestión eficaz del riesgo del proyecto están bien documentados y si bien las metodologías ágiles aseguran manejarlo un poco mejor, lo cierto es que no sentarse a pensar en forma previa en todos los posibles riesgos, sigue siendo un gran problema para la consecución de objetivos.
Las organizaciones que antes no estaban familiarizadas con las prácticas de riesgo de proyecto, o que tenían procesos inmaduros, han comenzado a explorar los beneficios de implementar un enfoque más exhaustivo y riguroso para la gestión del riesgo de los proyectos, sin importar en qué metodologías hayan definido trabajar.