. Estupenda ambientación histórica, trama sólida acompañada de interesantes temáticas, escritura con personalidad y magníficos personajes. Es un guiso literario sobre la alfombra del cine que, aunque ausente de tonos rojos y glamour, desprende un amor sincero hacia este arte desde las pequeñas salas de una Barcelona de la posguerra.
Los tiempos de la necesidad, represión y sin embargo dignidad, la ira que debía ocultarse, los abusos contra el débil y la desvergüenza de quien puede practicarlos, la fortaleza de la mujer que debe subir un peldaño más solo por serlo, el infinito espacio entre la lealtad y la traición... Son muchos y muy jugosos los temas que dibujan el escenario donde se mueve Nil mientras carga en su bici las bobinas de cine en cine.
Cuando cumple trece años su regalo es un moribundo que antes de expirar le entrega un cromo sobre el que debe callar. Aquí comienza el juego literario propuesto por Pere Cervantes para embaucar al lector, porque el dichoso cromo encierra las claves que buscan también un excomandante de la Gestapo y un policía obsesivo. Siendo esta la trama principal de la parte negra que da ritmo a la novela, no es sin embargo lo que más he disfrutado. Me gusta el relato costumbrista de la Barcelona más oscura, el fondo histórico, los personajes que pueblan los hogares y lugares del barrio humilde de Nil, que construyen el excelente trabajo de ambientación. Buscarse la vida a diario es tan rutinario como respirar. Esquivar las lenguas que pueden hundírsela, también. Porque tras las puertas habitan miedo, dudas, pasado... todo junto y revuelto. El autor teje muy bien el enjambre de sentimientos entre esos hogares, calles y pequeños negocios. La librería de un personaje secundario es uno de los puntos calientes de la narración de Cervantes. Pero ojo, aquí no todos los secundarios son segundones. Algunos tienen un peso brutal. Así que imagínense, el empaque de los principales. Se nota la calculada planificación del autor creando y moviendo los hilos. Todo está medido. Mucho. Y aunque para mi gusto, la ejecución del guion transpira cierta rigidez, resulta meritoria la seguridad que transmite el autor. Pero volvamos al cine. Y a Nil. Dos top ten de la novela. Le ha tocado una vida dura y sin embargo es un resiliente que no sabe lo que es. Su tarea le permite el contacto con las pantallas que sirven de evasión. Y con el cine, vienen las excelentes personas de las que se rodea y aunque no le sirvan para esquivar a sus perseguidores, son una escapatoria para creer en la especie humana. Entre ellas encontramos virtudes que enternecen y valores que sobreviven pese a tener todo en contra. Su madre, Soledad, es el baluarte de su existencia y de la novela, como el padre desaparecido por el que sufre la orfandad de la ausencia. Pero esa Soledad..., ay, qué pedazo de personaje. Bien que lo sabe Pere Cervantes. Se ha empleado a fondo con ella. Es lógico: los redaños de una mujer sola, en tiempos de guerra sin haberla de forma oficial, representaban la diferencia entre la vida o la muerte. Y no hace falta morir para estar muerta. Soledad simboliza a las mujeres «que enseñaron al mundo cómo sobrevivir», afirma la sinopsis de la novela; uno de los objetivos claros del escritor. Otro de los personajes fundamentales es el policía que tiene un apellido de coña: Valiente. Lógicamente Cervantes le ha enfundado de la perversidad que requiere su función en la novela, pero cansa su corsé de “malo entre los malos”, que de tanta radicalidad resulta caricaturesco. Aunque eso sí, sirve para poder compararlo con compañeros de profesión; los que dan menos asco o merecen respeto aunque no les haya tocado una buena papeleta en época de dictadura, donde ya no se sabe quién controla a quién. Esta novela daría para muchos análisis si vamos personaje por personaje, tanto de protagonistas como secundarios. Pero sería despedazar un pilar importante de esta obra que por este y numerosos motivos merece descubrirla. La buena escritura es otro de ellos. También muy estudiada, precisa, calculada para cada momento y situación a narrar. Seguro que habrá tiempo para nuevas lecturas con Pere Cervantes.