Ya sos mayor de edad
Ya sos mayor de edad
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En estos días de confinamiento, de personas agonizando solas en los hospitales de toda España porque ni hay medios ni es posible que las familias los acompañen por el riesgo de contagio; en estos días en que las calles de nuestras ciudades se han vaciado de gentes, ruidos y, sobre todo de risas que han sido sustituidas por semblantes lívidos de tristeza, escondidos tras mascarillas que apenas dejan ver los ojos del miedo.En estos días en que muchos han perdido su trabajo, su medio de vida, su sustento; en estos días en que todos hemos visto cercenada nuestra libertad más esencial, que nos hemos visto obligados a modificar nuestros hábitos de vida y adaptarlos a un encierro indefinido, sin más armas que la paciencia, la esperanza y una férrea voluntad de acabar con este virus.En estos días también ha nacido un canto unánime al amor y a la libertad. Desde los balcones de todo el país los corazones de todos los ciudadanos se han unido en una sola voz que grita a la esperanza, algo que jamás se debe perder porque es lo que nos permite sobrevivir.Por esta razón, para el post de hoy he querido sumarme a ese canto al amor, a la esperanza, a la solidaridad que nace de los pueblos y entre los pueblos, para que, con el paso de los días y las prórrogas que nos vengan de esta cuarentena, en lugar de ir apagándose, esa voz se haga más fuerte, más potente y se oiga allende los mares, los cielos y la galaxia entera.Hoy traigo a un poeta del amor y la esperanza, de la libertad y la belleza, de la esencia del corazón: Mario Benedetti, mi admirado Mario, al que llegué gracias a una querida amiga y paisana del poeta, Cristina, quien me embelesó con sus recitales de tan insigne uruguayo, provocando que naciera en mi ese gusanillo que te lleva a querer saber más, a querer leer más y así lo hice, me dejé llevar por este poeta que a nadie deja indiferente y cuyos versos son inmortales.De ascendencia italiana, nació el 14 de septiembre de 1920 en Paso de los Toros (Tacuarembó, Uruguay). Vivió con su familia en Tacuarembó y Montevideo, en donde trabajó desde los catorce años en una empresa de automóviles haciendo un poco de todo, hasta que en 1939 se trasladaron a Buenos Aires donde descubrió su vocación de poeta.Con su regreso a Montevideo en 1941 entró a formar parte de la redacción del semanario cultural “Marcha”, en el que se formaron hasta tres generaciones de intelectuales uruguayos y de cuya sección literaria el poeta sería director hasta 1954.Pero es en 1945 cuando Benedetti publica su primer libro de poemas, La víspera indeleble.Tras contraer matrimonio y recorrer Europa en dos ocasiones, Mario Benedetti publica un ensayo y un libro de cuentos, Esta mañana (1949), con el que obtuvo el Premio de Instrucción Pública, que volvió a obtener en varias ocasiones. Ya en 1950 publica los poemas de Solo mientras tanto. Pero su consagración definitiva como escritor internacional le vino dada por la novela La tregua (1960).Adscrito abiertamente al grupo de intelectuales afines a la Revolución Cubana, su escritura se vuelve comprometida. A partir de ahí, su implicación política va en aumento lo que se refleja en una intensa actividad intelectual y literaria. Pero en 1973, tras el golpe de estado en su país, se ve obligado a un largo exilio que lo lleva a Argentina, Perú, Cuba y España, que dejó en su literatura una profunda huella.A su regreso a su patria en 1983, su trayectoria poética se ve engrosada con títulos como Recuerdos olvidados (1988), Viento del exilio (1981), Primavera con una esquina rota (1982), Las soledades de Babel (1991), Preguntas al azar (1986), El mundo que respiro (2001), Insomnios y duermevelas (2002), El porvenir de mi pasado (2003), Existir todavía (2004), Adioses y bienvenidas (2005) y Testigo de uno mismo (2008).Practicante de diversos géneros literarios, lejos de ser aprendiz de todo, maestro de nada como dice el refrán, Benedetti enriquece cada uno de los géneros que trabaja con la experiencia adquirida en los demás, haciendo de cada una de sus obras algo único y genial.Es un comunicador nato que moviliza al lector, que revuelve su conciencia y lo convierte en un fiel seguidor con tan solo sumergirse apenas en la magia que contienen sus obras. Por ello Mario Benedetti no es solo un autor comprometido, sino también “comprometedor”. Todo mandato es minucioso y cruel me gustan las frugales transgresiones (.,,)(Transgresiones) En una entrevista ofrecida al diario El País en 1999, Bendetti definió la poesía como “la verdadera alma del mundo”. Además, el poeta, siempre comprometido, aseguró que “nunca debemos olvidar” y se refirió así a su libro de poemas El olvido está lleno de memoria (1995), en el que se contienen composiciones como Ese gran simulacro u Olvidadores, y con el que el autor nos dice que el olvido es un gran simulacro porque, en realidad, nadie puede olvidar aunque quiera. El amor, el desamor, la traición y las lealtades no se pueden borrar. Benedetti nos enseña que la esperanza es un modo de recuerdo y que el olvido está repleto de memoria.Un fragmento del poemaEse gran simulacro: “[…] el olvido está tan lleno de memoria que a veces no caben las remembranzas y hay que tirar rencores por la borda en el fondo el olvido es un gran simulacro nadie sabe si puede / aunque quiera / olvidar […]” Y en unos días como los que nos está tocando vivir, este libro de poemas y su significado cobra todo el sentido del mundo, porque no debemos olvidar esto; no podemos ni debemos relegar al olvido los sentimientos y acciones que esta ignominiosa crisis sanitaria nos está dejando.La solidaridad, la amistad, la convivencia más allá de lo habitual y acostumbrado, pero sobre todo la esperanza de una pronta salida, de un mañana luminoso y brillante debe permanecer en nosotros para siempre. La calidad humana y la unión de los pueblos ha de estar siempre en nuestra memoria para cuando vengan los malos tiempos, otros malos tiempos, que vendrán, porque la vida es eso, un frágil equilibrio entre lo bueno y lo malo, el amor y el odio, la alegría y la tristeza.Ese recuerdo de lo que nos unió y de cómo nos unió y de la consecuencia de esa unión, será nuestra tabla de salvación y podremos recurrir de nuevo a ella, porque existe y es real y lo estamos comprobando cada día.Quiero cerrar este post con un hermoso poema, bien conocido por todos, que habla precisamente de eso, del sentido de la amistad, del amor y la solidaridad. Con Hagamos un trato, Benedetti nos habla de tender una mano, dejando a un lado las diferencias, sean cuales fueren; de saber que hay alguien con quien podemos contar. Hoy, todos sabemos que, seamos quienes seamos y estemos donde estemos, habrá alguien ahí, para nosotros, con quién contar.Una vez más comprobamos, como bien dijo nuestro poeta, que la poesía es realmente “el alma del mundo”, porque lo acompaña allá donde se dirija; está en su esencia y le ayuda a caminar. Hagamos un trato Compañera usted sabe puede contar conmigo no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo si alguna vez advierte que la miro a los ojos y una veta de amor reconoce en los míos no alerte sus fusiles ni piense qué delirio a pesar de la veta o tal vez porque existe usted puede contar conmigo si otras veces me encuentra huraño sin motivo no piense qué flojera igual puede contar conmigo pero hagamos un trato yo quisiera contar con usted es tan lindo saber que usted existe uno se siente vivo y cuando digo esto quiero decir contar aunque sea hasta dos aunque sea hasta cinco no ya para que acuda presurosa en mi auxilio sino para saber a ciencia cierta que usted sabe que puede contar conmigo.