. Aún no es el momento, pero la gran esperanza
socialista –Alfredo Pérez Rubalcaba-
y el eterno candidato –Mariano Rajoy-
ya han comenzado a enviar mensajes a la población y pullitas a sus respectivos
contrincantes con el fin de conseguir votos. Aunque a priori uno pueda llegar a
pensar que sus mensajes son bien distintos, en realidad son como los panfletos
de los depósitos bancarios o de las hipotecas; si uno lee la letra pequeña con
detenimiento se dará cuenta enseguida de que son la misma cosa. Y, al igual que
los prospectos de los medicamentos, cualquiera de las dos políticas tendrá
efectos secundarios. Sin embargo, lo más curioso no es la semejanza en sus
recetas, lo más curioso es que, al parecer, como por arte de birlibirloque, los
dos candidatos tienen claro cómo salir de esta maldita crisis. Y eso no es solo
curioso, sino algo realmente extraordinario, especialmente en el caso del ya
casi líder del PSOE, que –utilizando un símil pugilístico- no supo por dónde le
venían los golpes de la crisis pero ahora, con la cara hinchada de tortazos,
sabe cómo ganar el combate. Hay que joderse. En el caso del líder del PP, por
su parte, las cosas tampoco pintan mucho mejor, ya que si su gestión de
gobierno va a ser un calco del de las comunidades autónomas que administra su
partido más vale que Dios nos coja confesados.
Sea como fuere, y como ya he dicho al
principio, aunque los mensajes puedan sonar distintos, las recetas en la
práctica van a ser las mismas; contención del gasto público, reducción de los
salarios y aumento de los impuestos. Y es que no hay más. O mejor dicho; nuestros
políticos no tienen capacidad suficiente para pensar en algo más. Por ello,
para atajar la sangría de la deuda de nuestro país, ambos líderes meterán la
mano en nuestros ya menguados bolsillos para extraernos la poca calderilla que
nos queda. Prueba de que lo único que les interesa es la contención del gasto es
lo que se está haciendo tanto a nivel estatal como autonómico con los dos
pilares fundamentales de nuestra política social; la educación y la sanidad. La
reducción de los recursos humanos y económicos que sufre la educación en
nuestro país llevará al crecimiento de la escuela privada y concertada, que es
más económica de mantener para el estado. No es mejor, sino más económica,
aunque perjudique a la gran mayoría de la sociedad. Por su parte, la sanidad se
convertirá a algo parecido a la serie MASH, con quirófanos instalados a pie de
calle en tiendas de campaña y médicos que no tendrán más remedio que extirpar
órganos y amputar piernas debido a la tardanza en la atención temprana
Todos sabemos que los responsables de la
crisis deberían estar en la cárcel, pero no es así. Al contrario. Los
ciudadanos estamos pagando con creces la nefasta gestión de nuestros
gobernantes y de los directivos de los grandes bancos. Por eso, antes de ir a
votar a cualquier partido actual habría que preguntarse qué están haciendo
nuestros políticos, nuestros grandes banqueros y nuestros grandes empresarios –además
de asfixiarnos- para atajar la crisis. Es decir; a qué privilegios han
renunciado, qué gastos propios han reducido, a qué amiguetes han despedido para
no sobrecargar más con su absurda existencia el gasto brutal del estado.