.600 € al año, o 900 € al
mes en catorce pagas. A primera vista puede parecer que esta es una
medida positiva, que mejorará el poder adquisitivo de las clases más
bajas, de aquellos que tienen trabajos más precarios. Sin embargo
creo que es todo lo contrario. Déjenme que les explique por qué
existe rechazo a una medida como esta.
Aunque
se la presente como una medida de política social, la subida por ley
del SMI corre el riesgo de ser todo menos eso. Es una medida que
puede ayudar a las grandes empresas y atacar directamente a los
pequeños negocios y a la gente emprendedora. Resulta que, contrario
a lo que pueda parecer, las empresas como Amazon, Zara o Mercadona
tienen en realidad muy pocos empleados con salario mínimo, por lo
que no van a tener ningún problema porque la subida apenas les
afectará (y tienen, además, gran capacidad de asumirla). Las
empresas que más porcentaje de empleados tienen con salario mínimo
no son las grandes corporaciones sino las pymes (pequeñas y medianas
empresas), y más todavía las micropymes (empresas con menos de 10
empleados), según fuentes del INE . Son esa tienda de barrio de toda
la vida, ese pequeño negocio cerca de su casa o el trabajador
autónomo que contrata ayuda cuando su negocio empieza a despegar;
pagan salarios mínimos porque no pueden pagar más, y con la subida
del SMI se verán condenados a pagar en negro o a no poder crecer.
Además
de esto, aquellas empresas que sí puedan hacer frente a una subida
del SMI se verán obligadas a compensar este coste por otro lado, por
ejemplo subiendo los precios de sus productos o servicios. Nada es
gratis y gastar más en sueldos tiene repercusiones (las pymes, por
lo general, están lejos de tener beneficios millonarios). Esto
ahondaría todavía más en la desventaja de los pequeños negocios
frente a las grandes empresas, que no solo pueden tener menores
precios por el volumen de producción, sino que además no tendrán
necesidad de grandes ajustes, como he mencionado antes.Otro
problema con respecto al SMI es que se trata de un mínimo para todo
el territorio nacional. Sin embargo, teniendo en cuenta que una gran
parte del gasto mensual es la vivienda, hay mucha diferencia entre
vivir en Madrid o hacerlo en Palencia, de vivir en Barcelona o en un
pueblo aragonés de menos de cien habitantes. Para quien trabaje en
el centro de la capital, un salario de mil o mil doscientos euros al
mes seguirá sin ser suficiente para costearse un alojamiento cerca
del trabajo, con lo que seguirá teniendo dificultades. Mientras,
para las pequeñas empresas de localidades más pequeñas, el mismo
incremento puede llevar a la incapacidad de mantener a flote el
negocio y el cierre.En
definitiva, una subida por ley del SMI, como ya advierten muchos
economistas, puede que sólo nos traiga más paro y más desempleo, o
al menos más economía sumergida (que es la que no cotiza y agrava
el problema de las pensiones). Y un último dato, aunque no creo que
sea decisivo. El salario de los diputados está basado en el SMI, por
lo que al subir éste, también se están subiendo sus propios
sueldos. Será que no llegan a fin de mes.