El VAR
(Video Assistant Referee) no es una herramienta para el futbol mexicano ¡La FIFA
ha engañado a los aficionados! No es más que el clímax de un peliculón de 90
minutos. La Liga MX tiene un problema serio con el uso de “la pantallita”. Ahora
todos los goles no podrán ser celebrados, sino que estarán siendo acechados por
un enemigo terrible.
En el
futbol todos son críticos, expertos y analistas, de lo contrario no sería un
espacio de debate permanente. Por lo tanto, es tan apetecible para él académico del
balompié enfrentarse a la segunda valoración de una jugada,
falta, fuera de lugar, mano, etc. Además, cuidadito si la resolución del
arbitro no coincide con la del conocedor pues se desata una bomba de desacuerdos.
En
primera instancia, el VAR se creó como punto de partida hacia un juego ético y
limpio, capaz de engrandecer la armonía de un deporte con emociones masivas. De
esa manera, los árbitros que se encuentran dentro de una cabina son los
encargados de rociar justicia por medio de su apoyo racional.
La cuestión
emergente es la siguiente:
Esta
fabulosa revisión se convirtió en el nuevo configurador de emociones. Jorge Valdano
aseguraba que “al teatro se va a pensar mientras que a un estadio se va a
sentir”. Ese parámetro sencillo es cosa del pasado con la llegada del VAR (eso
sin mencionar que es erróneo). Actualmente, el futbolero comienza a absorber el
sentido del juego sincero, lo cual implica una reforma a sus pensamientos
inmediatos cuando rueda el balón. La mayoría de los espectadores de un
encuentro se sienten discrepantes con el uso del VAR, sin embargo, conforme
avanza el tiempo deberán cambiar ese pensamiento.
Ahora
bien, el sencillo accionar del VAR se torna complejo cuando la decisión final
se expone en medio de una duda arbitral. El juez se vuelve el centro de atención
ya que su velocidad visual deberá captar todos aquellos acontecimientos que
necesiten ser evaluados dos veces. A pesar de la existencia de abanderados, no
es posible administrar ópticamente todas las faltas al reglamento, pues ocurren
de manera fugaz. Es ahí donde el árbitro, los capitanes o el mismo equipo del
VAR puede recomendar la inspección en cámara lenta.
El VAR
puede transformarse en un criminal, justiciero, sentenciador y salvador.
Cualquier nombre es perfecto según la situación. A pesar de ello, criticar la
herramienta sigue siendo un espejismo. No hay por qué criminalizar o adorar al
VAR pues la interpretación humana con base en el reglamento es el verdadero
dilema. Es cierto, el instrumento arbitral es útil, ya se ha comprobado varias
veces, no obstante, la incertidumbre de las jugadas se sigue manifestando. Dicho
conflicto seguirá apareciendo a menos de que el partido se interrumpa
constantemente como en otras disciplinas.
La continuidad
ininterrumpida es una de las esencias de futbol. Si se elimina ese factor, todas
las personas cercanas al balompié deberán aceptarlo. A pesar de ello, así se ha
mantenido por años, por lo tanto, es poco probable que se modifique su estructura.
El futbol es uno de los deportes más sencillos del mundo, ojalá los árbitros comprendan
eso y lo adapten a ese apresurado análisis que hacen cuando se acercan a la pantalla
para usar el VAR.
Los
desacuerdos de las decisiones arbitrales son producto del mismo juez ¡El pobre
VAR solo hizo su aparición para dar una segunda oportunidad a la duda del referee!