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Ahora bien, la rehabilitación de las personas con discapacidad permanente o temporal comenzó a ser llevada a muchas regiones del
país después de la construcción de las Salas de Rehabilitación Integral, pero
no hay que olvidar que en años anteriores ese servicio lo recibían muy pocas
personas, ya que solo existían los Servicios de Medicina Física y Rehabilitación
en los grandes hospitales que en su mayoría se encontraban en las capitales de
los estados, quiere decir que muchas personas con discapacidad en comunidades
aledañas a los hospitales no recibían esta asistencia o tenían que buscar los
servicios privados de los fisioterapeutas o terapeutas ocupacionales.
Siguiendo
este orden de ideas, el problema planteado no se daba por falta de políticas
gubernamentales sino por el poder que tiene el capitalismo en los servicios de
salud, en este caso considero que se mantiene el colonialismo, siendo este el “proceso y los aparatos de
dominio político y militar que se despliegan para garantizar la explotación del
trabajo y las riquezas de las colonias en beneficio del colonizador” (Restrepo
y Rojas, 2010. p. 15), es decir, en muchos lugares existen centros privados
para la atención de las personas con discapacidad que el dueño o el médico
contrata terapeutas y por cada paciente atendido solo le reconoce al
profesional entre un 25 o 30% de honorarios, dándose una explotación al
trabajador, peor aún no tienen la protección social que establece nuestra
legislación.
Es
importante puntualizar la situación de la privatización de los servicios de
rehabilitación es algo que viene ocurriendo desde hace muchos años, por lo
tanto “…la historia debe ser un instrumento indispensable de análisis y
reflexión…” (Renán, 2012, p.1) de este problema, porque estas especialidades son
relativamente joven en nuestro país, la formación de nuestros profesionales
comenzó a partir de los años 60, época que estaba en pleno contexto el nuevo
del proceso democrático por un lado, por el otro el empoderamiento brutal del
capitalismo de nuestro país, puedo decir que estos profesionales los formaron
para ser explotados y para ver al paciente como una mercancía que genera muchas
ganancias.
Este
capitalismo trajo como consecuencia que antes de este proceso revolucionario
venezolano la salud estaba prácticamente mercantilizada en las políticas
públicas no era prioridad la atención de las personas con discapacidad puedo
apoyar que “el capitalismo en lugar de contribuir a solucionar los problemas de
la humanidad los tiende a agravar con su lógica mercantil basada en el lucro y
el crecimiento ilimitado, es necesario volverse a plantear una propuesta que
vaya más allá del capital” (Renán, 2012, p.2).
Para el
análisis de esta situación el pensamiento radical permite que se puedan decir
las realidades vividas por las personas con discapacidad antes y ahora porque
en estos momentos con la crisis de nuestro país estamos involucionando por la
falta de ingreso de muchas familias venezolanas estas personas no están
asistiendo a los servicios o salas de rehabilitación, pero otras les convienen
contratar a los profesionales para que atiendan a su familiar en casa ya que
minimizan los gastos que implican el traslado al hospital, sala o inclusive a
una clínica, esto “implica la adopción de un punto de vista” (Renán, 2012, p.2)
del que analiza el problema.
La
población más desciudadanizada es la de los padres y madres de los niños y
niñas con discapacidad psicosocial (espectro autista, asperger, entre otros),
ya que la atención en las instituciones públicas se centra en una vez semanal,
quincenal o mensual, esto conlleva a buscar los servicios privados en especial
el de terapia ocupacional, en el que “nuestro quehacer tomamos en cuenta la
salud física, la salud mental, la participación e inclusión social, y la
importancia de las ocupaciones en el desarrollo de la especie humana y en la
vida de cada individuo” (Forn de Zita, 2013, p, 16), desde este principio
implica que este proceso de intervención logra que los niños y las niñas se incluyan
plenamente en la sociedad, por esta razón los padres y madres buscan este
servicio privado que les brindan atención diaria o interdiaria.
Sin
embargo, desde un pensamiento abierto los terapeutas ocupacionales “estamos
conscientes de la necesidad de promover la igualdad de oportunidades para todas
las personas, a través de intervenciones dirigidas al medio social” (Forn de
Zita, 2013, p, 16), pero estamos sometidos a la aberración del capitalismo que
en la actualidad los sueldos o salarios de la administración pública no nos
garantizan el sustento personal y de nuestras familias, trayendo como
consecuencia en muchos profesionales la falta de ética profesional, brindan
mala atención o sensibilizan a los padres y/o madres que lleven a sus hijas o
hijos a la consulta privada particular, consultorios o clínicas.
Para
finalizar, puedo concluir que toda esta situación ocurre por la hegemonía del
pensamiento que tenemos los profesionales en especial los terapeutas
ocupacionales de no entender que el Estado nos formó para darle repuesta al
pueblo venezolano, sin olvidar que hay una gran responsabilidad de los entes
gubernamentales de buscar soluciones para garantizarnos nuestra calidad de
vida. Lo más importante comenzar a buscar estrategias que beneficien a las
personas con discapacidad en especial a los niños y a las niñas que están en
situación de pobreza que no tienen acceso a los procesos de rehabilitación.
Referencias Bibliográficas
Fron de Zita, C. (2013) Terapia Ocupacional y
Rehabilitación Psiquiátrica. Caracas. Venezuela. Universidad Central de
Venezuela. Ediciones de la Biblioteca.
Renán V, 50 (2012) Elogio del pensamiento crítico.
Argentina. Herramientas Nº 50.
Restrepo, E. y
Roja, A. (2010) Infexión
decolonial: fuentes, conceptos y cuestionamientos. Cauca, Colombia. Editorial
Universidad del Cauca
Msc. Chary Ortiz C.I. 6.867.369[1]
[1]
Maestrante de la Maestría de Salud Colectiva, Instituto de Altos Estudios “Dr.
Arnoldo Gabaldon”ribe aquí tu artículo