En la Europa medieval, los alquimistas hicieron todo lo posible para transformar los metales básicos en los llamados "nobles", como el oro. Ahora, en 2020, los químicos han desarrollado un proceso que, aunque no es exactamente el mismo, podría contar como una forma de alquimia del siglo XXI. Su trabajo se centra en un método destinado a transformar la basura o cualquier fuente importante de carbono en escamas de grafeno, el material maravilla que promete todo tipo de aplicaciones valiosas.