El "pin parental" es la última
medida propuesta por Vox (y apoyada por algún que otro
representante del PP) para acabar con el adoctrinamiento en las aulas sobre diversos temas que consideran
inadecuados para las nuevas generaciones.
Estos días en cualquier medio de comunicación
aparece la propuesta estrella de Vox para acabar con lo que ellos llaman el
adoctrinamiento en las aulas y la no libertad de los padres de poder elegir la
educación de sus hijos. El llamado "pin parental"; es el código que
alguna que otra plataforma ofrece a los usuarios para que bloqueen en internet
o en la televisión ciertos contenidos de reproducción violenta o sexual por
considerarlo inapropiado. Por lo general, este servicio es utilizado por los
padres para bloquear dichos contenidos a sus hijos.
El eje de esta medida que pretende llevar a cabo
Vox a nivel nacional, y que en Murcia ya se aplica, es que los padres puedan
elegir si ciertas actividades extraescolares realizadas dentro del periodo
lectivo son adecuadas para sus hijos y, para ello, insta a que los centros
educativos, cuando realicen dichas actividades, lo comuniquen a los padres con
el fin de que estos den su autorización o no.
Con ello, lo que pretende Vox, a mi juicio, es
que los padres elijan unilateralmente cual es la educación que ellos creen que,
por sus convicciones, es buena para sus hijos, sin pensar siquiera que puede
ser perjudicial para ellos a largo plazo,
en el futuro.
Entiendo que los padres se preocupen por la
educación de sus hijos y que elijan que educación quieren para ellos; por
ejemplo, que estudien en un colegio determinado con unos valores o una
formación distinta al resto de centros. Hasta aquí estoy de acuerdo.
Ahora bien, cuando un centro educativo realiza
ciertas actividades porque lo considera relevante para el desarrollo y
conocimiento de sus alumnos (como puede ser una charla de orientación sexual o
un taller de las distintas enfermedades de transmisión sexual y sus
prevenciones) no veo lógico, en mi opinión, que los padres puedan elegir si sus
hijos acuden o no a estas actividades extraescolares por considerarlo contrario
a sus convicciones, pensando egoístamente solo en ellos. Quién no les dice a
estos padres que sus hijos, por ejemplo, son homosexuales, y quizás ni lo
sepan, porque sus progenitores no le han dado la oportunidad de tener
conocimiento sobre la orientación sexual.
Así pues, llegados a este punto, cabe hacernos una
reflexión y eso pasa por cuestionarse si es correcto privar a nuestros hijos de
conocer ciertos contenidos que forma parte de nuestra sociedad.
A mi juicio, prohibiendo a nuestros menores
acudir a dichas actividades estamos provocando, o mejor dicho, generando una
sociedad intolerante, dónde, por ejemplo, el que es homosexual tiene que
esconderse por miedo al rechazo y a la falta de empatía por parte de sus
compañeros, ya que es muy duro para un adolescente decirlo abiertamente en una
sociedad retrógrada y con pocos valores, y en conclusión, en una sociedad donde
es mejor mirar a otro lado y no dejar a nuestros hijos comprender y conocer los
retos que les espera el futuro en una sociedad tan plural y cambiante, un
ejemplo de ello, es el matrimonio entre personas de un mismo sexo (hasta el
2004 era inimaginable que fuere posible dicho matrimonio).
En conclusión, la propuesta de Vox y compartida
también por alguno que otro representante político del PP, en mi opinión, es
una medida de poco sentido común y que genera intolerancia en la educación
de las nuevas generaciones. Qué queremos un país que avanza en la pluralidad y
en la aceptación de las nuevas situaciones que presenta nuestra sociedad, o un
país que se estanca y que es mejor seguir manteniendo viejos perjuicios. Creo
que es una cuestión que debería de plantarse la derecha rancia y la
ultraderecha.