Reseña "Lectura fácil" de Cristina Morales

Un libro diferente y atractivo donde los mensajes son objetivo principal de la obra. Los estigmas impuestos por la sociedad y la lucha de quienes son apuntados con el dedo se baten en duelo narrativo de esta historia cargada de creatividad. La hiel y el humor se agitan en esta “Lectura fácil” que sin embargo, a tramos no lo parece por determinados excesos.

 

. Los estigmas impuestos por la sociedad y la lucha de quienes son apuntados con el dedo se baten en duelo narrativo de esta historia cargada de creatividad. La hiel y el humor se agitan en esta “Lectura fácil” que sin embargo, a tramos no lo parece por determinados excesos.
  Nati, Patri, Marga y Ángels tienen diferentes grados de discapacidad intelectual y comparten un piso tutelado. Su visión y análisis del mundo que las atenaza y cataloga con baremos oficiales es todo un espectáculo. La autora las ha colocado en una Barcelona que convive con movimientos y colectivos sociales en las que alguna protagonista se integra o se pelea en diferente medida con ellos.

  Estas mujeres son un prodigio. Desquician y enamoran. Sus declaraciones en el juzgado que pretende esterilizar a una de ellas, son épicas. Su autenticidad enternece hasta el infinito y con sus picardías, me han hecho reír y disfrutar intensamente. Dicen lo que piensan y sienten, como y cuando quieren. Los protocolos y la corrección no siempre van con ellas, lo que provoca situaciones cómicas y desternillantes.

  Pero poco más de inocencia tiene “Lectura fácil”, porque esta novela transpira crítica, rabia y combate contra lo que considera injusto del sistema para sus protagonistas y en general el ciudadano que forma parte de ella. Cristina Morales no se reserva. Las medias tintas no van con ella. Desborda fuerza y originalidad en su escritura. Hasta resulta rompedora en el formato: llega a introducir fanzines en las páginas. Otra cosa es que aporten contenido indispensable.

  Uno de los pesos pesados de la novela es la danza. Está claro que el tema apasiona a la autora y aunque su introducción en la historia resulte interesante ralentiza el ritmo de la lectura. Acabé perdiéndome con la descripción exhaustiva de cada movimiento. Valoro el simbolismo y la carga emocional que otorga a la historia pero abusa de la temática para mi gusto. Es el caso también de los diálogos en asambleas y reuniones de okupas, ateneos, plataforma de afectados por la hipoteca, que al final terminaron por resultarme agotadoras y muy prescindibles.

  Lo que más he disfrutado es la novela autobiográfica que escribe una de ellas precisamente con esa lectura fácil que da título a esta. Es magnífica la exposición, sus explicaciones, la verdad con mayúsculas de su creadora: una auténtica preciosidad con lenguaje sencillo para contar cosas complicadas que en su boca-pluma resultan, eso... fáciles. Este ingrediente metaliterario resulta absolutamente delicioso. Nos hace reflexionar sobre lo evidente: la tremenda capacidad del ser humano para enrevesar y hacer complejo el mundo. Ojalá se pudiera explicar sin tanta retórica.

  Morales ofrece también la sencillez que falta en esta sociedad para aplaudir el placer sexual. Sin tapujos ni trabas. Todo es susceptible de disfrute y lo practican con la naturalidad que los prejuicios y el desconocimiento roba a las personas con discapacidad.

  La inacción, quedarse de brazos cruzados no es una opción para ellas. Son luchadoras, no saben de resignación, pelean y defienden lo que consideran que es su verdad. No quieren regresar a las residencias destinadas a personas con discapacidad desde las que llegaron al piso tutelado. Desean ser libres pero resulta difícil acatar en todo momento las normas de la administración que no cuida al detalle la individualidad que requieren sus casos.

  “Lectura fácil” es una historia muy potente y audaz. Aunque la novela no me convenza en su totalidad se agradece una voz y escritura diferentes, otras formas de contar, la valentía de la autora al meterse en faena con la susceptibilidad que genera todo lo relacionado con la discapacidad. Llega un momento en el que pese a la información no siempre sabemos cómo llamar a las cosas, personas y situaciones. Y Cristina Morales lo tiene muy claro.

  Se puede o no estar de acuerdo con los mensajes y el fondo de las cuestiones que aborda pero como arte literario esta obra merece una atención especial. Hace reflexionar, detenerte, pica y duele. Y ese es un valor añadido en la literatura. La incorrección política sin pelos en la lengua –cuando la ocasión lo merece– es aire fresco para los sentidos. El mismo tono en las lecturas cansa y aburre; esta mezcla de azúcar y sal despierta y renueva neuronas.

  La portada del libro ya es toda una tarjeta de presentación de lo que se van a encontrar dentro. Aunque el título es “Lectura fácil” podemos leer después: “Ni amo, Ni Dios, Ni marido, Ni partido, Ni de fútbol”. No me digan que no da curiosidad porque solo le ha quedado por añadir: “Ni la madre que lo parió”.

UNETE



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