. Esto debido a los riesgos que
conlleva la emisión de facturas automáticas al comprar con tarjetas de crédito
y débito.
Si bien el gobierno justifica esta
acción como parte de su plan contra la corrupción y la evasión fiscal. Algunos
analistas consideran que existen riesgos de fiscalizar las tarjetas, riesgos
como los que te presentaremos en este texto.
1) Impacto en la economía de las
personas: Muchas
veces cuando no alcanza el efectivo las personas o piden préstamos en línea
confiables o usan sus tarjetas de crédito. Por esta acción se generaría una
discrepancia que para el SAT sería una irregularidad a castigar con una multa,
multa la cual impactaría la economía de las personas.
2) Ley de extinción de dominio: Para los más críticos, esta nueva
función del SAT podría ser la antesala a la aplicación de la ley de extensión
de dominio a las personas. De detectarse esta discrepancia, podrías ser acusado
por defraudación fiscal, se embargarían tus bienes y serías encarcelado.
3) Más efectivo: La consecuencia más inmediata de la
fiscalización de las tarjetas es el hecho de que estas dejarán de ser usadas.
Las personas, con el objetivo de evitar sanciones y problemas con el SAT,
comenzarán a usar efectivo lo que haría que las tarjetas comiencen a ser
canceladas.
4) Impacto para bancos: La cancelación de tarjetas y el uso
en mayor medida del efectivo hará que los ingresos de los bancos se vean
impactados. Y es que, para los bancos, el interés cobrado por los créditos es
una importante fuente de ingresos que se podría perder.
5) Menor crecimiento económico: Por último, uno de los impactos más
significativos que tendría esta fiscalización de las tarjetas sería el hecho de
que la economía se vería impactada. Al haber mayor desconfianza, ni empresas ni
consumidores buscarían gastar su dinero poniendo un freno más a la economía.