Reseña "Llamadme Clark" de Mariángeles Salas

Permitan que les presente a mi admirada y querida escritora Mariángeles Salas. Su vocación por las letras la ha mantenido siempre en continuo aprendizaje, lo que la ha llevado a diplomarse en diferentes estudios literarios sobre Narrativa, Guion, Novela, Producción y dirección de cortometrajes y Corrección y elaboración de textos académicos, entre otros. Fue columnista en el periódico Prensa y Noticias de Alicante y, en la actualidad, además de impartir Talleres de Lengua y Literatura en un centro social de este Ayuntamiento, es redactora de la sección “Literatura Escrita Por Mujeres” en el blog“El Libro Durmiente”. Por su prolífica y diestra pluma, ha recibido numerosos y merecidos premios en diversos concursos de escritura creativa organizados dentro y fuera de su provincia.

 

. Su vocación por las letras la ha mantenido siempre en continuo aprendizaje, lo que la ha llevado a diplomarse en diferentes estudios literarios sobre Narrativa, Guion, Novela, Producción y dirección de cortometrajes y Corrección y elaboración de textos académicos, entre otros. Fue columnista en el periódico Prensa y Noticias de Alicante y, en la actualidad, además de impartir Talleres de Lengua y Literatura en un centro social de este Ayuntamiento, es redactora de la sección “Literatura Escrita Por Mujeres” en el blog“El Libro Durmiente”. Por su prolífica y diestra pluma, ha recibido numerosos y merecidos premios en diversos concursos de escritura creativa organizados dentro y fuera de su provincia.
Coautora del libro de cuentos infantiles  Cuentos de Nube y Miel (ECU, 2011); autora de la novela romántica juvenil Historia De Una Rebotada, (LETRADEPALO, 2018) y creadora de otra larga producción de relatos cortos  publicados en diversas antologías.

Su última publicación Llamadme Clark, es mucho más que un libro ilustrado o la vida de Pelayo; un niño de tan sólo nueve años, a quien le hubiera gustado nacer en Krypton y vestir un traje azul con una gran S dibujada en el centro de su pecho. ¿Les suena?, ¿Y si les digo que además luce una capa y botas rojas? ¡Bien por aquella niña del fondo que dijo Superman!Este héroe de cómic y pantalla, inspira la vida de un pequeño inconformista que no pidió nacer en la Tierra y mucho menos, llamarse como un viejo rey conquistador;  nombre que con permiso de algún pariente lejano, persigue a los varones de esta tranquila e inofensiva familia a quienes les aguarda en su bautizo… una cansina P de Pelayo y un tremebundo remojón.

Así es como esta historia, salpicada en veintisiete breves pero jugosos capítulos, nos llega directamente de la tinta de su protagonista; quien de forma ordenada y minuciosa, tiñe —de noche y de día— las páginas de su valioso y nutrido diario. Una puerta de entrada no sólo a su entorno y hogar, a su vida y sentimientos, sino también a su inevitable y conmovedora revolución interior; una constante invariable con la que a modo de reflexión cierra cada episodio convirtiendo su punto y final, en una bella moraleja. Temas tan recurrentes como el miedo, el éxito y el fracaso, el enfado o la ternura, la rebeldía y la aceptación; son mostrados con la inocencia y espontaneidad que sólo ofrece el lenguaje y la mirada de un niño. Un sinfín de escenarios y emociones que sin remedio traspasan a quien lo lee, tras levantar la cubierta y ser invitado a permanecer con su anfitrión, hasta el final de sus letras…

El marco autobiográfico y la estructura cronológica, permiten al pequeño narrador contar los acontecimientos sin alterar su temporalidad. De tal forma que, tras una breve pero incisiva presentación de los personajes —doce en total— nuestro analítico cronista arranca con un educado capítulo sobre sí mismo y sobre el impulsor de tan instructivo “cuaderno de tapas duras” su tito Agus; mentor y eje principal en la vida de Clark –Pelayo para los terrícolas- por quien siente además de un gran apego, una profunda y sincera admiración.

Su tierna y ágil voz, guía el transcurso de la acción con la coherencia de los hechos que, día a día, calan en su interior y que, puntualmente vuelca en las hojas de su esmerado diario; esmerado no sólo por la impecable caligrafía que exige Tito Agus, sino también por el retrato de sus sencillas escenas de vida, donde el protagonista a veces ríe, otras sufre, llora o juega, pero siempre aprende de cada instante, de cada obstáculo salvado y de cada reto frustrado o conseguido. Una suerte de andanzas que sumerge a sus ocho aliados: Bea, Pegatinas, Mortadela, Carlos Piñeiro, Marcos, Vladimir, Clara… en una orquesta de armónicos acordes donde la batuta de su amigo y director, transforma cada nota en un valor humano.

Este es el tesoro que esconde “Llamadme Clark” y que tan hábilmente su autora ha velado entre las protestas y enfados de Pelayo. Sus reproches y a veces desplantes no son sino el producto de su hambre por comprender y no ignorar al que vive sin techo, al que sus piernas le impiden caminar, a quien su padre ya no le espera cada noche porque no vive con mamá, al que vino de otra tierra que no se llama España, al nuevo que llega o al pariente que acoge tu casa y con quien compartir es amar… En definitiva, esta novela de eterna vigencia es un canto a pleno pulmón donde se escucha: familia, empatía y amistad, esfuerzo y coraje, solidaridad e integración, diferente como suma y no resta, respeto y amor… Un cóctel de agridulce comedia, que muestra el valor de las cosas más sencillas y pequeñas; esas que componen nuestra vida de breves y minúsculos retazos.

En mi opinión, una joya de imágenes y letras que, en manos de su temprano lector o lectora, contribuirán a edificar su propia identidad y la del entorno que les rodea a través de un pensamiento crítico y reflexivo; beneficios que no hacen sino resaltar la importancia que, a mi juicio recae sobre este género –literatura infantil- y que con sabia maestría, refleja esta emotiva obra ilustrada.

Gracias querido Clark; por acompañarme estos días y amenizar mis noches, mi casa y mi familia. Hablaré de ti a otras gentes, a otras madres y padres pero también a docentes y a escuelas; que sepan todos que de tus letras se aprende de qué está hecho un “superhéroe”; que los poderes nacen de dentro y no de fuera; que la educación y los valores nos hace humanos pero también personas, que de tu boca nace el estímulo de la autocrítica y la reflexión y que la llave de ese cofre llamado sociedad, tiene otro nombre y es lectura. Ahora la dejo en su mano. Si llegó usted al final de esta reseña, sólo tiene que girar y permitir que su voz… le cuente esta historia.

PD: Recuerda amigo mío, que aquí tienes tu hogar y un rincón al que volver siempre que quieras. Hasta entonces… un bello mensaje lucirá en mi puerta:

 “Para aprender a leer y disfrutar de la lectura,

                         no importa de dónde se parta.          

                                      Lo importante es establecer el vínculo entre el niño y la palabra 

escrita;

                     porque una vez establecido,               

                                            sus apetitos lógicos lo llevarán a explorar horizontes más amplios”.

Gabriela Mistral

UNETE



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