Alira, heredera de la mansión Elegía, situada en el antiguo pueblo de Aquilare, ahora en ruinas y desierto, se debate entre seguir resistiendo en su pueblo por el amor y el deber que le ha inculcado su familia a la tierra, pero sin saber muy bien de qué manera, o tomar otro camino, que no desearía, ante el presente incierto de la mansión por falta de recursos.