El crédito puede ofrecer una mayor amplitud de acción y libertades que el préstamo, que está comúnmente asociado a condiciones de uso y pago más estrictas y rígidas.
Con un préstamo cuentas con un mayor margen respecto a qué cantidad de dinero usar y consecuentemente cuánto pagar, así como también en qué plazos devolver lo invertido, aspecto todavía más flexible cuando de préstamos con Asnef se trata. Estos beneficios compensan de algún modo lo difícil que puede ser obtener un financiamiento crediticio por parte de entidades bancarias.
No obstante, las libertades adheridas a un crédito pueden desorientarte e impulsarte involuntariamente a endeudarte de un modo no inteligente, sostenible y acorde a tu situación, lo cual puede ser bastante peligroso. Las dos recomendaciones siguientes tienen el objetivo de darte luces respecto a cómo endeudarte inteligentemente y dentro de tus límites.
Pide los créditos por entregas
Al momento de pagar un crédito, la gran diferencia respecto al préstamo es que solamente devolverás el dinero que hayas invertido y no por el monto que hayas acordado con la entidad bancaria. Como la entidad bancaria nunca te obligará a invertir todo el crédito pautado, puedes usar lo que creas necesario de modo que el monto de amortización no sea tan elevado.
Los intereses que se hayan acortado previo a la operación se aplicarán únicamente al dinero que hayas invertido. Esto puede ahorrarte varios problemas debido a que los intereses asociados a los créditos suelen ser más altos que los intereses involucrados en los préstamos.
A pesar de que solamente pagarás por lo que hayas gastado, debes tener en cuenta que deberás pagar una comisión por el saldo no ejecutado, pero esta comisión no suele ser muy alta.
No tardes en pagar
Aunque la entidad bancaria puede otorgarte flexibilidades en torno a los plazos de devolución de los créditos, el compromiso de devolución se mantiene. En la medida de lo posible disminuye los plazos entre pagos de modo que los montos de deuda no sean demasiado elevados y escapen de tus posibilidades. Una herramienta que puede ayudarte a organizarte en cuanto a la amortización son los calendarios de pagos. Con un calendario de pagos se te hará difícil olvidar que debes pagar en una fecha determinada.
Por último, siempre opta por créditos de entidades financieras físicas, evitando solicitar créditos online. Aunque estos se conceden con mayor rapidez, tienen condiciones mucho más difíciles, tanto en el uso como en el pago del capital.