En
telecomunicaciones, 5G son las siglas utilizadas para referirse a la
quinta generación de tecnologías de telefonía móvil. Es la sucesora de la
tecnología 4G.
Actualmente está
disponible su primera versión estandarizada, aunque las empresas de
telecomunicaciones continúan investigando nuevas tecnologías para posteriores
versiones. Aunque a 2019 se lanzaron las primeras redes comerciales, se prevé
que su uso se extienda exponencialmente desde 2020.
Según los datos
disponibles, en condiciones normales el 5G será del orden de 200 veces más
rápido que las conexiones 4G. Hablamos de cifras que se mueven en una orquídea
que va de 1 a 10 Gbps, pero no es el máximo teórico puesto que se trata de
velocidades de acceso a Internet en movimiento. Si consideramos el punto de
acceso y receptor parados, la conexión de banda ancha se multiplica hasta
lograr conexiones de hasta 50 Gbps.
Este ancho de banda
será tal que, mientras las actuales conexiones 4G bajo tecnología LTE-A pueden
alcanzar hasta 300 Mbps, esos teóricos “50 gigas” permitirán descargar archivos
multimedia de unos 800 MB en apenas un segundo, mientras que con el 4G hablamos
de una media de 30 segundos.
Se espera que las
conexiones 5G sean para la telefonía móvil lo que la fibra óptica es a la banda
ancha fija. Esta premisa hace que las compañías inmersas en el desarrollo y la
evolución de las redes de quinta generación trabajen sobre perfiles de usuario
con consumos del orden de 36 TB.
Desarrollo:
La compañía sueca Ericsson fue la primera en alcanzar
velocidades 5G, con demostraciones en directo del estándar previo a la
tecnología de red (pre-estándar) 5G.En noviembre de 2014, Huawei anunció la firma de un acuerdo con
la operadora móvil rusa Megafon para estandarizar y desarrollar redes 5G de
prueba, en vistas a la Copa Mundial de Fútbol de 2018. En febrero de 2017, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT)
dependiente de Naciones Unidas reveló alguna de las especificaciones de la
tecnología 5G. Entre ellas se incluyen: velocidades mínimas de 20 Gbps de
descarga y 10 Gbps de subida, y una latencia de 4 ms. Se pretende optimizar los
dispositivos para hacerlo lo más eficiente posible para el Internet de las cosas. Está previsto que todo el
mundo utilice esa conectividad en 2025.
Los usuarios móviles de hoy quieren velocidades de datos más rápidas y
un servicio más confiable. La próxima generación de redes inalámbricas,
5G, promete ofrecer eso y mucho más. Con 5G, los usuarios deberían poder
descargar una película de alta definición en menos de un segundo (una tarea que
podría tomar 10 minutos en 4G LTE). Y los ingenieros inalámbricos dicen que estas
redes impulsarán el desarrollo de otras nuevas tecnologías, como los vehículos
autónomos, la realidad virtual y el Internet de
las cosas.
Si todo va
bien, las compañías de telecomunicaciones esperan lanzar las primeras redes
comerciales 5G a principios de la década de 2020. Sin embargo, en este momento, 5G todavía está en las etapas de
planificación, y las empresas y los grupos de la industria están trabajando
juntos para determinar exactamente qué será. Pero todos están de acuerdo en un asunto: a
medida que aumenta el número de usuarios móviles y su demanda de datos, 5G debe
manejar mucho más tráfico a velocidades mucho más altas que las estaciones base
que conforman las redes celulares actuales.
Las premisas básicas que se han
definido para el 5G, una vez se estandarice, son las siguientes:
Velocidad:
el 5G alcanzará velocidades 100 veces superiores a la velocidad de LTE y
10 veces superior a la tecnología LTE-Advanced, un estándar intermedio que
se está desplegando en España.
Baja
latencia: entendemos la latencia como la acumulación de diferentes
retardos entre que se envía una petición hasta que se recibe una
respuesta, debido al viaje de la señal por el medio radioeléctrico. La
disminución de la latencia en el 5G es clave, ya que permitirá la entrada
a servicios diferenciales con respecto a las tecnologías pasadas.
Alta
densidad: A diferencia de las tecnologías anteriores, que eran muy
sensibles a la cantidad de dispositivos conectados (pensemos en un
concierto multitudinario o en un partido de fútbol, donde la conectividad
pasa a ser muy limitada), el 5G tendrá la capacidad de soportar un gran
número de dispositivos conectados a la vez, llegando a tolerar densidades
de hasta 100 dispositivos por m2.
Eficiencia:
Se prevé que esta tecnología supere en un 90% a la eficiencia energética
del 4G.
Conclusiones:
La tecnología 5G no implica solo un
Internet móvil más rápido, sino, sobre todo, una conectividad a Internet en
muchos más objetos que los que se ven hoy en día. Los vehículos y los hogares
son dos ejemplos de la gran revolución del Internet que se avecina, con el
apoyo de las redes 5G.
Samsung y otros Equipos celulares
con Sistema Operativo de Android planean introducir los primeros teléfonos
inteligentes 5G este año.