. A veces se dice una serie de
cosas que más bien confunden y no dejan en claro lo que realmente sucede. Está
visto, el Ecuador no es un país ingobernable porque sí, “porque le gusta
defenestrar a presidentes deportivamente”, lo que ocurre es que dentro de esta
pequeña nación luchan encarnizadamente fuerzas extrañas y opuestas, defendiendo
sus ideas e intereses de partidos y grupos económicos, ávidos de saciar sus
ambiciones, sin que por ello haya en el fondo el deseo de cumplir programas
concertados para largo plazo o de Estado, en beneficio de millones de
pobladores. Apenas ha llegado alguien al
poder, a causa de sus ineptitudes, han surgido enseguida líderes políticos tratando
de imponer sus opiniones y propósitos, que sumados a la insensatez y debilidad
de mandatarios electos y sin que nada importe, los han echado del poder,
incluso con la venia de los grandes medios de comunicación, también partícipes
de intereses económicos y con enorme capacidad decisiva.
En
la actualidad las cosas se han vuelto de otro modo. Ha aparecido un líder que
no teme a los poderosos y confabulados a nivel nacional e internacional, tiene
un equipo de asesores, que aunque vapuleados y criticados por ciertos sectores,
ha descubierto los puntos débiles de personajes y empresarios y les han vuelto
su forma impositiva de ser, cuesta arriba. Por lo tanto, para dichos personajes,
esto no tiene perdón y hay que hacerle al audaz mandatario la vida
imposible…pero, como se ve, no lo han logrado. Eso es todo.
De
allí devino el 30 de septiembre de 2010. Una gran confabulación que con el
rostro de rebelión policial y apoyo de un minúsculo grupo militar, sí mostró
las claras intenciones de asesinar al Presidente y defenestrar a su Gobierno,
fue realmente un golpe de Estado, para imponer nuevamente el sistema
tradicional. Pero como dice el pueblo, “se dieron con la piedra en los
dientes”, sobre todo cuando se ve que la nueva propuesta recibe el aplauso y
respaldo de grandes masas de campesinos, gente pobre y desprotegida, pueblo llano
y sectores sensatos y sensibles.
Está
visto que Rafael Correa no fue ni es santo de la devoción de EEUU y los grandes
poderes económicos que siempre logran apoyarse en fuerzas oscuras. A partir de
su triunfo electoral ha sido una lucha sin cuartel, contra corriente, primero desnudando
a banqueros corruptos, luego contra un sistema judicial corrupto también y por
fin contra ciertos medios de comunicación con un enorme rabo de paja. Ha sido en
efecto una lucha contra corriente como nunca en nuestra historia para
presidente alguno. La prensa grande ha cumplido su papel, y de paso, ciertos columnistas,
editorialistas, comunicadores y periodistas, que por falta de conocimiento de
la historia y la realidad nacional, o lo que sería peor, por sumarse a una
malévola causa por sus motivos de trabajo, se han convertido en caja de resonancia
de personajes y grupos muy conocidos.
El Ecuador
padece de un mal tremendo: falta de nacionalismo, consecuencia de su sistema
educativo retrasado de décadas, que ahora busca levantar cabeza, porque ha sido
injusto, deshonesto y atentatorio contra la dignidad de millones de niños y jóvenes
ecuatorianos. Los males de un pueblo
parten de dos aspectos: el económico y el educativo. Allí reside todo. Hoy se trata de poner orden en esos dos asuntos
fundamentales y claves para la futura nación, y por ello nacen las preocupaciones,
porque a un pueblo ignorante y pobre es fácil dominarlo y maniatarlo.
Entonces,
todo lo anteriormente indicado, ante un cambio que se pretende, ha ido fermentando,
y como todo fermento, que hierve, explota y se desborda, se dieron las
consecuencias. ¿Y cómo sucedió? Pues a través de agentes y activistas que
buscan y encuentran apoyo en instituciones armadas a las cuales pretenden
prostituir. De allí surgió el 30 S. Se sumaron enseguida personas en calidad de
“opositores al régimen tiránico y dictatorial”, inclusive negando o
desconociendo algo más claro que la luz del sol, que lo del 30 de septiembre de
2010 fue un atentado contra la vida del Presidente y que se quiso poner fin a
su mandato de la forma más aleve. Estos personajes, por suerte ya muy
conocidos, lo que buscan hoy es seguir defendiendo intereses de diversa índole
y su figuración individual, con lo cual puede haber la posibilidad de un cargo
público de la categoría que fuere, porque en este régimen no tienen cabida, y
nos resistimos a pensar que pretenden salvar al país o a cambiar y revolucionar
las cosas, todo es cuestión de conocer sus antecedentes personales, que por
suerte la prensa proporciona fácilmente. Ellos desconocen o quieren desconocer una
serie de fundamentos, como por ejemplo, que un proceso dialéctico es lucha de
opuestos, con elementos que provocan una espiral ascendente, en un camino de errores
y aciertos, como la naturaleza misma, no aceptan que todo es susceptible de perfeccionamiento,
ruta en la cual muchos se pierden, se confunden, no entienden, incluida cierta
prensa. Es cierto que se han desnudado errores garrafales en el trayecto de
años y defectos del manejo organizativo e institucional, y es lo que se busca
corregir.
La
Policía en particular ha dado un salto cualitativo sustancial. El sistema
judicial pretende lo mismo. Igual la educación, la salud, el orden
constitucional, la igualdad social o por lo menos la atención a los más postergados,
y eso no se hace de la noche a la mañana. Por ello, invitamos a leer la obra de
Eloy Alfaro, fue una lucha y gobierno, prácticamente desde el campo de batalla,
y eso nos dice todo.
César Pinos Espinoza