El legado de O´Higgins en este siglo XXI es tangible en muchas de sus
obras, sin embargo el sello que lleva cada Chileno es su capacidad de
resilencia, la moral autónoma y el ser
independientes de toda ideología extranjera, hacen de O´Higgins sin lugar a dudas el Padre
de la Patria por excelencia.
O´Higgins hizo a Chile un país independiente, su espíritu visionario y la
idea suprema de Libertad que reflejó en cada una de sus obras dieron el sello
de una sociedad Chilena con decidido patriotismo que se ha visto reflejado en
cada etapa de nuestra república, alejándose siempre del dominio de toda
ideología extranjera, siendo Chile un país bien considerado no sólo a nivel
regional sino en todo el mundo, tanto por su autonomía como por su estabilidad
interna.
Gozamos de tener la nacionalidad Chilena en plenitud desde 1818 y es por
ello que luego de 241 años del nacimiento de O´Higgins vemos que su legado y
figura pertenece a todos los Chilenos y se refleja cada día en un país que
progresa en un ambiente de paz y seguridad.
La libertad de nuestra nación se
debe a todos aquellos hombres que decidieron dejar su vida civil para empuñar
la espada libertaria, en el caso de O´Higgins siendo Sub Delegado de Los
Ángeles propuso al Comandante de Los Dragones de la Frontera Don Pedro José
Benavente la idea de organizar dos regimientos de caballería e infantería en la
jurisdicción de la Isla del Laja, siendo ese el inicio de su carrera militar y
el inicio de todo el movimiento revolucionario en contra de la corona
colonizadora de España, O´Higgins dió sus primeros pasos en Linares un día 6 de
abril de 1813 en contra de las tropas realistas asentadas en dicha ciudad
logrando la rendición de estas, ganándose legítimamente el título de “primer
soldado de Chile”, recordándose sus acciones bélicas en Yerbas Buenas, San
Carlos, Toma de Los Ángeles, El Roble, El Quilo, El Membrillar, la marcha de
Quecherehuas y Tres Acequias, por nombrar algunas.
Más allá de la participación de actos bélicos para buscar la paz y la
libertad de un pueblo subyugado O´Higgins creó la Escuela Militar, iniciando
esta Institución su proceso de formación de liderazgos para la contribución de preservar
la paz y la misión primordial de garantizar la soberanía nacional, mantener la
integridad territorial y proteger a la población, instituciones y recursos
vitales del país, frente a cualquier amenaza o agresión externa, así como
constituir una importante herramienta del política exterior.
El símbolo de Unidad nacional, de hombres y mujeres en busca del bien
común de nuestra nación independiente de sus credos, orígenes sociales y
culturales es el Ejército de Chile y las fuerzas armadas que nacieron de esta,
sin lugar a dudas reúne las voluntades heredadas de O´Higgins, por su espíritu
estratégico y vencedor, desde sus oficiales, cuadro permanente y soldados.
En este siglo XXI continúan con el proceso de modernización, la gestión
de esta valiosa institución se centra a cumplir las tereas que asigna la
Constitución y trabaja con sus hombres día a día en la revalorización de la
función militar profundizando su labor en la contribución al progreso de Chile
y de la integración de los elementos que lo conforman.
El crecimiento cualitativo de sus cuadros exige continuamente aumentar
los niveles de excelencia y entrenamiento de sus mujeres y hombres.
La identificación de desafíos que presenta el nuevo siglo redefinen sus
roles Institucionales y del perfil de sus hombres y mujeres que constituyen un
elemento fundamental del proceso de modernización.
Celebramos
el natalicio invitando a cada Chileno a edificar la gran columna de la Unidad
como un legado tangible de la idiosincrasia chilena, Unidad que se construye
desde el re- conocimiento que el pueblo de Chile en
una causa, representado por sus líderes. Líderes que, sus hechos han quedado
grabados en la memoria histórica como referente de las nuevas generaciones,
arquetipos que han permitido el crecimiento de una nacionalidad, con un balance
positivo a la actualidad.