Putas, guarras, zorras. Estos son los insultos que tuvieron que soportar las concejalas de Barcelona en Comú, en la constitución del nuevo consistorio barcelonés. Parece que sus oponentes políticos no tenían mejores argumentos para expresar su descontento a la traición que esas concejalas habían hecho al ideario independentista. Pero no es de esto de lo que quiero hablar. Sino de los comportamientos machistas, tan arraigados en la sociedad, que cuando a unos ciudadanos/energúmenos deciden protestar, cabe esperar que cargados de sus razones, sólo se les ocurre recurrir al insulto contra las mujeres, que parece es lo más fácil si tiramos de lo que nos cuece en las entrañas.