Como
soldado del ejército de profesionales más importantes y menos valorados a nivel
planetario, disfruto la confirmación de mi sospecha respecto al heroico
compromiso de los educadores y educadoras que, a pesar de un salario irrisorio y
animadversión social en países sudesarrollados como el nuestro, libran épicas batallas
por un mundo mejor, como Peter Tabichi que hoy aparece en las portadas del
mundo, gracias a la fundación Varkey, considerándolo él mejor profesor del
mundo, 2019.
Lo
cierto es que el estado, la sociedad, la prensa y el empresariado no ven con
buenos ojos a la comunidad docente, pero destaco el impacto mundial que genera esta
elección del mejor “maestro” del mundo, el mismo que empodera y fomenta el
liderazgo pedagógico articulado, elevando el estatus docente, inyectando conciencia
y pasión por la educación de calidad ciudadana universal.
En
esta línea, la Fundación Varkey, (The
global teacher prize), enarbolando su filosofía altruista, estimula una
mejor educación global del planeta con sus postulados de innovar procesos de
aprendizaje, empoderando pedagógicamente a los maestros y maestras, generando
el cambio educativo, concluyendo con el reconocimiento pecuniario a los
esfuerzos creativos en cualquier parte del mundo.
Definitivamente
este aliciente incentiva la reinserción protagónica del docente en su entorno
social a nivel macro, ejerciendo la educación desde diversas perspectivas
globales en red con responsabilidad, utilizando plataformas del internet que
ahora ha acortado las distancias del planeta, ampliando los horizontes de
nuevos aprendizajes por los actores centrales de la educación al centro de la
interconexión mundial.
Por
consiguiente, la docencia relativamente comprometida debido a un estipendio
limitado y una vocación en crecimiento, se ve obligado masivamente renovar su
compromiso social, desarrollando su pasión pedagógica, desde una intrínseca
motivación, empoderándose una actitud resiliente y disruptiva, con miras a
producir nuevos conocimientos en un espacio donde la incertidumbre va pauteando
nuestros quehaceres cotidianos.
Ante
esta coyuntura de relevancia social, el docente en su posición educadora, se ve
presionado a aprovechar y liderar pedagógicamente los destinos de una sociedad global, como profesionales influencer en la generación google a lo largo y ancho del planeta, liberándolos
de su acartonamiento del sistema educativo, implantado por políticos emocionales
de mirada cortoplacista.
Asimismo
estos reconocimientos globales empujan e invita a la sociedad, reconocer
colectivamente su estatus académico y el rol protagónico del docente para la
transformación social y apoyarlo decididamente en sus avatares y realización profesional,
con el objetivo de construir una ciudadanía planetaria cognitiva, aperturando
una convivencia solidaria con su entorno humano y ecológico.
De
la misma manera el empresariado en su rol generador de empleos, está invitado
hacer eco estos gestos mundiales, organizando y destinando fondos en su
jurisdicción, adoptando instituciones educativas como en los países
desarrollados, con el ánimo de construir una sociedad más próspera y
equitativa, haciendo común un lema ya muy practicado masivamente a nivel
universal, “todos por la educación”.
Conscientes
de la alta rentabilidad espiritual y material que genera la educación de
calidad para todos y todas, la Fundación Varkey, indirectamente compromete a
los líderes y lideresas de la aldea global y a la prensa mundial, sumarse a
esta bella causa, la de poner en portadas,
agendas y debates, la importancia
del quehacer docente como punta de lanza que asegure el logro de los objetivos
de desarrollo sostenible del PNUD.
Por
lo anterior sustentado, esta premiación es un mensaje revitalizador a los
estados del mundo para revalorizar el ejercicio docente, si pretendemos un
desarrollo para todo el país con impacto en el planeta, la de situar esta noble
profesión al nivel de los médicos como lo hacen en Alemania, Finlandia y China,
pues el maestro es el médico del espíritu al alcance de un clic.
Sin
embargo habrá quienes opinarán, que esta premiación mundial, como la de elegir
al mejor “maestro” del mundo con modesto trabajo sostenido de corto tiempo,
pronto incitará premiar a Michael Obama con el nobel de Literatura solo por
haber arrasado con la venta de sus memorias en un mundo altamente consumista y
marketera.
Con
miras de nuestra realización profesional y personal, invito a la comunidad
docente, innovar y liderar con sinergia el sistema educativo de sus países e ir
más allá de las aulas y convierta cada espacio social, virtual o geográfico en
un emocionante ambiente de aprendizaje y producción de conocimientos, revolucionando
nuestro quehacer diario en nombre de la creatividad y asuma con ética y pasión,
su responsabilidad educadora las 24 horas del día.