Por fin
logramos romper una “inercia” negativa de cinco trimestres consecutivos a la
baja en las actividades económicas en el tercer trimestre de 2018.
El 29
de enero pasado, INEGI reportó el Indicador Trimestral de la Actividad
Económica Estatal (ITAEE) para Durango al tercer trimestre de 2018. Por fin
logramos romper una “inercia” negativa de cinco trimestres consecutivos a la
baja en las actividades económicas en el tercer trimestre de 2018 –de hecho fue
una recesión de la que a las autoridades no les gusta que se hable- que se
inició en el segundo trimestre 2017 (-0.1%), continuó en el segundo (-1.1%), se
acentuó en el cuatro trimestre de ese mismo año (-5.7%), pero que continuó
durante los trimestres I (-2.7%) y II (-0.9%) de 2018, como se aprecia en la
gráfica.
La
economía de Durango en su conjunto creció 0.6% a tasa anual, de julio a
septiembre del año pasado; por abajo del crecimiento nacional de 2.2%. Estamos
en el lugar 24 respecto a las tasas de crecimiento del PIB de entre las 32
entidades federativas. Como se aprecia, luego de cinco trimestres consecutivos
con tasas negativas de crecimiento económico, se trata de una buena noticia,
pero es producto más de la inercia del comercio y los servicios; es decir, las
actividades terciarias que durante el lapso de julio a septiembre 2018,
crecieron 4.8%. De las actividades secundarias no podemos argumentar la misma
suerte (-7.5%) dramática caída, y tampoco de las actividades primarias que solo
aportaron 0.6% de crecimiento.
Nuestra
industria local de transformación y manufacturera no está respondiendo, en parte,
por el mercado internacional y por la caída en la inversión pública y privada
nacional; las actividades agropecuarias, mineras, silvícolas y ganaderas,
tampoco responden como debieran. La pregunta pertinente que los duranguenses
nos debemos hacer es: ¿Cuáles son las medidas anti-cíclicas que se despliegan
desde el sector público y privado? Mi respuesta es que no hay Obra Pública y no
hay Capital Empresarial que lo haga moverse. No hay inversión pública que se
derrame en el sistema económico circulatorio del estado y tampoco los privados
invierten. Están todos quietos. Y no es producto de la cuarta transformación
como muchos comentócratas bisoños andan pregonando; en cambio, sí creo y hay
evidencia clara, de la brutal parálisis que desde 2012 sumergió la inversión
pública a nivel nacional. Durango ha sido de los estados más castigados por el
recorte de fondos federales a los que penosamente Peña Nieto sometió a Durango
y otras entidades.
Ahora
bien, por todos es conocido que la estructura económica del estado depende de
su población, sus características geográficas y de las vocaciones económicas
que en ella se desarrollen/impulsen/promuevan a lo largo de los años. El mismo
reporte de INEGI, ITAEE al IIIT 2018, indica que durante ese lapso, la
contribución de Durango al crecimiento y variación real del ITAEE nacional es
apenas de 0.01%. Estamos apenas por encima de: Nayarit, Sinaloa, Sonora,
Tlaxcala, Michoacán y Tabasco. Va otro dato: por el tamaño
pequeño de nuestra economía --la número 26 en términos de PIB al 2016- sólo
aportamos el 1.19% del valor agregado bruto total nacional y el 1.14% del PIB.
Y aunque
el comercio y los servicios salieron de su condición negativa en el IIIT 2018,
las evidencias no muestran una tendencia clara del desempeño de estas
actividades en los meses próximos. Lo mismo sucede con las actividades
manufactureras de la entidad y el resto de las actividades industriales. En
realidad, son el resto de las actividades de servicios, como las financieras e
inmobiliarias, las que están impulsando a este sector de la economía de Durango
en el 2018.
Por el
momento, valoremos el buen resultado en el III trimestre del año 2018. Se rompe
una inercia negativa. Además, hay evidencia de que tenemos una mejor tendencia
hacia el crecimiento promedio nacional; sin embargo, viene un proceso de ajuste
y recomposición de las políticas públicas federales. Habrá una curva de
aprendizaje durante todo 2019 que, evidentemente genera incertidumbre y
parálisis sobre cómo se ejercerá el presupuesto federal. Vienen campañas
políticas --sí, otra vez- y, como siempre, una nueva oportunidad de que en el
Estado y Municipio, que ya van en su tercer año, muestren con claridad sus
cartas de transición en lo económico. Talento mata grilla, amistades y
recomendados, por cierto.