El Factoring es un servicio financiero de desarrollo
dinámico dirigido a aquellos empresarios que desean recibir pagos mucho antes
de la fecha de vencimiento de la factura emitida por ellos.
Por lo tanto, se trata de una solución que permite a dicha
empresa mantener y, a veces, recuperar liquidez financiera en una situación en
la que no quiere o no puede obtener un préstamo, al mismo tiempo que se
enfrenta a un difícil cobro de deudas. Compruebe qué es realmente el factoraje
y en qué situaciones merece la pena.
¿Qué es el factoring?
El factoring es una forma de financiación de la actividad de
la empresa, que consiste en la obtención de fondos antes de la fecha de
vencimiento de las cuentas a cobrar. El factoraje es utilizado con mayor
frecuencia por aquellas entidades que incurren en costes significativos (por
ejemplo, producción), entregando productos terminados con fecha de pago
diferido al cliente. Estas fechas suelen fijarse con unos meses de antelación.
En la práctica, las reglas del factoring difieren del
contrato celebrado entre el empresario (factor) y el factor. En la mayoría de
los casos, el factor paga inmediatamente entre el 60 y el 90% del valor de la
factura. El resto del pago se abona en la cuenta de la empresa una vez que se
ha cobrado el pago. Esto significa que el riesgo de impago o retraso en el pago
de la factura se transfiere del comerciante al factor. Las formas estándar de
seguridad en esta situación son las propias facturas y el efecto comercial del
empresario.
Por lo tanto, el esquema de cálculo alícuota tradicional se
ve así:
- el agente de facturación emite una factura para mercancías
o servicios específicos,
- el factor
transfiere la factura emitida (venta de créditos) al factor,
- el factor paga al
factor un anticipo (alrededor del 60-90% del valor),
- el factor notifica
al deudor sobre la transacción y la necesidad de pagar los importes adeudados
en virtud de la factura directamente a la cuenta del factor,
- el deudor hace el
pago a la cuenta del factor,
- el factor paga el
importe restante adeudado al factor, teniendo en cuenta (es decir, deduciendo)
la comisión de factoraje.
Existe también el concepto de factoraje inverso, en el que
el deudor, al recibir la factura, la transfiere al factor que realiza el pago
inmediato a la cuenta del proveedor. Entonces el deudor está obligado a pagar
la cantidad adeudada a la cuenta de la empresa de factoraje.
¿Para quién es el factoraje?
Si el factoraje como forma de financiación no es necesario
de forma continua, vale la pena volver a calcular si es más rentable utilizar
sólo el factoraje ocasional (en el que identificamos facturas específicas para
pagar), o utilizar la forma completa del factoraje clásico.
Hay tres grupos principales de empresarios que utilizan
voluntariamente las opciones de factoraje:
- las empresas en las
que el pago anticipado da lugar a un descuento adecuado, lo que las hace
deseosas de mantener una liquidez adecuada,
- las empresas, cuya
falta de recursos impide su desarrollo, es decir, las que, al vender bienes o
servicios, crean altos márgenes,
- las pequeñas
empresas que sufren retrasos en los pagos y no disponen del tiempo y las
facilidades para gestionar los pagos.
En resumen, el factoring es un servicio financiero muy
interesante, que ayuda a resolver eficazmente los problemas de cobro de
créditos, con un impacto positivo en la liquidez financiera tanto de las
pequeñas empresas, que carecen de un colchón financiero adecuado, como de las
grandes empresas con altos márgenes. Aparte del factoring clásico, también
tenemos una forma de factoring inverso, que no es utilizado por los proveedores
sino por los clientes.