A finales de 2010, en plena crisis económica, los agentes inmobiliarios
registrados no sumaban más de 1.624 en Barcelona. En 2016, la cifra escaló hasta
los 3.887. Hablamos solo de los inscritos en el registro de agentes
inmobiliarios de Cataluña en la ciudad, lo cual no incluyen a aquellos que
operan sin regulación o bajo la de la propia Generalidad de Cataluña.
Estas altas cifras nos dan una radiografía de la actual situación del
mercado en la capital catalana: lo primero es que el sector goza de un excelente
estado de salud, y lo segundo que si bien un buen número de inmobiliarias
operan bajo el control de la regulación, otras tantas lo hacen de forma
independiente y con prácticas que no siempre benefician al cliente, tal como
alertan desde los Colegios y la Asociación de Agentes Inmobiliarios a la que
pertenecen reputadas agencias como Olle Bertrán - inmobiliaria en Barcelona,
cuyo responsable, Joan Ollé Bertrán, preside ambas instituciones.
Entre tanta oferta, ¿cómo podríamos distinguir entra una buena inmobiliaria
de la que no resulta tan efectiva?
Primera pista:
la oficialidad
Desde 2010 constar en un registro de agentes inmobiliario es obligatorio en
toda Cataluña, por lo que la primera pista de que una agencia inmobiliaria
quiere hacer las cosas bien y cuenta con la profesionalidad y experiencia
necesaria para ello es que se encuentre registrada en alguna asociación o
colegio inmobiliario.
Esta certificación suele ser motivo de orgullo entre inmobiliarias, por lo
que si no encuentras ningún distintivo o signo que te indique la oficialidad y
el prestigio entre similares de la agencia a la que visites, comienza a
sospechar.
Segunda: las
ansias hacia la compra - venta
Una agencia inmobiliaria no es ni un call center ni un espacio de
producción. La labor de una agencia inmobiliaria es de servir de intermediario entre
quien vende y quien compra, y por tanto vela por los intereses de ambos sin
limitarse únicamente a lanzar al mercado propiedades a la caza de compradores
sin más.
Por ello, las agencias especializadas, además de contar con un espacio
físico donde atender correctamente a sus clientes (forma parte de la regulación
que les constituye como agentes registrados), lo hacen de forma calmada y
asegurándose que atiende a las necesidades de cada comprador y cada vendedor.
Esto excluye asignar cada propiedad “al mejor postor” o realizar prácticas
como el buzoneo “salvaje” en busca de propiedades que incluir en cartera, así
como aquellas agencias cuyas recepciones están repletas de telefonistas
bulliciosos donde una cita dura 10 minutos y donde los contratos se cierran “a
pie de calle” tras la visita o incluso antes de ésta (cada vez más frecuente en
los alquileres).
Tercera: los
servicios que ofrece
Una agencia debe ofrecer garantías, debe ofrecer un servicio, debe atender
necesidades antes, durante y hasta una vez finalizado el contrato. Asegúrate
que la que eliges como referencia, las cumpla.
Infórmate: pregunta cómo actúan, qué protocolos siguen en caso de
incidencia y como gestionan pagos mensuales, ingresos, etc.