Comienzo este escrito pidiendo disculpas por
alejamiento de las teclas por mucho tiempo. Hace unos días retomé mi cuenta de
tuiter y retomo los artículos en Reeditor.
Esta vez, quiero dejar mi inquietud
ante las noticias que he logrado recabar y que nos hablan de la urgencia de tomar
medidas para detener el nivel de contaminación que nos amenaza a todos en este
mundo. Esto me tiene muy inquieto, porque he leído con estupor como hemos ido
contaminando nuestro hogar casi impunemente. Las consecuencias quizá no las
veremos nosotros, pero sí las podrá vivir mi hijo y todas las generaciones
venideras; y eso me perturba.
Hace unos días, leí un artículo que habla sobre la
contaminación por plástico. Esta se encuentra en un nivel crítico, siendo Asia
el continente más complicado; un verdadero punto negro a nivel global. Sin
embargo, el tema de la contaminación por plástico es una cosa de la cual hablé
en un escrito anterior. Pero, que en estos momentos hasta la sal de mesa que
consumimos de manera cotidiana se encuentre contaminada por microplásticos, es
la gota que rebalsó el vaso.
La contaminación por plástico es una de las más graves
que se registran en la actualidad. De hecho, en el mundo se producen nueve mil
millones de toneladas de plástico y solo el 9% se recicla. Es una cifra
realmente desigual. ¿Qué estamos haciendo al respecto? ¿Dónde va a parar el
porcentaje restante?
Antonio Guterres, Secretario General de la ONU,
advirtió que enfrentamos una situación de emergencia en contaminación por
plástico a nivel mundial que afecta a los océanos y toda su biodiversidad.
Lamentablemente, la protección de los mares aparece en el último lugar de las
prioridades gubernamentales en cuanto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS). Guterres sostiene que pese a realizar esfuerzos para la preservación de
los recurso marítimos, la salud de los océanos se ve afectada por la
contaminación marina, en especial, el plástico. Junto a esto, también se genera
un daño casi irreversible en la pesca indiscriminada de recursos, el ruido
subacuático, los efectos del cambio climático y la acidificación de los
océanos.
La contaminación es una problemática mundial. Se han
oído locas ideas para dar una solución “parche” a esta situación; una vez leí
que incluso se evaluaba enviar transbordadores con basura para ser depositada
en el espacio… Esa loca idea no prosperó, no por ser alocada, sino, por el alto
costo que tiene.
Los océanos desempeñan un papel fundamental para
regular el clima y constituyen la fuente principal de agua que sustenta toda la
vida presente en el planeta. Por lo tanto, debemos poner prioridad número uno
evitar la contaminación de las aguas.