TÍTULO DE LA OBRA: LOS LUNES EN EL RITZ
TÍTULO DE LA OBRA: LOS LUNES EN EL RITZ
.L.U. ESPASA LIBROS
AÑO DE EDICIÓN: 2018ISBN N.º: 9788467051704N.º DE PÁGINAS: 496TEMÁTICA: Histórica-CostumbristaPRECIO: 19,90 €ENCUADERNACIÓN: tapa blandaReseña realizada por Teresa Argilés.Descubrir a una autora sabiendo que viene de otro mundo literario, como es el periodismo, no me ha condicionado su lectura, más bien me ha reafirmado en mi teoría de que los periodistas se decantan, algunos de ellos, por el mundo de la literatura para dejar constancia de su trabajo de investigación por un tema en concreto.En este caso la autora nos transporta a un lugar definido, el hotel Ritz en la época convulsa de los albores de la segunda república (1929-1936).Nos traslada a un mundo desconocido como es en el que se desenvuelve, la crême de la crême de Madrid, en un sitio emblemático y en un momento de bonanza para el país con una finalidad, y en época de revueltas, convertido en hospital de sangre. En él se rigen unas normas de admisión: ni toreros ni artistas pueden hospedarse en tan insigne lugar cuando todo florece, pero en cambio, cuando corra la sangre, todos los espacios serán ocupados para tratar de salvar a los heridos; de tal forma, las normas de admisión se habrán visto abortadas.Nerea ha seguido una línea de hechos sin retroceder ni en el tiempo ni en la historia. Sus personajes están “dibujados” a la medida de la narración, siempre invitando al lector a seguir para saber qué será lo siguiente.Pero el verdadero trasfondo de la novela se encuentra en el hecho de que, ya en ese época en España, había mujeres vanguardistas que peleaban y luchaban por sus derechos y sus pensamientos y que no se arredraban ante los hombres; llevaban pantalones y eran apasionadas, pero también sumisas. Buscaban todos los subterfugios posibles para llevar adelante sus propósitos y se entregaban al amor sin reparos.Destaca valores que si no se fomentan se pierden, como el amor, la amistad y la ayuda sociale. Aun con todo, han de ocultar casi siempre sus movimientos para poder seguir haciendo lo que desean, hasta llegar a rozar lo inadmisible.Normalmente hay que buscar en quién focalizar la historia para que el lector esté enganchado a ella; en este caso, la autora la centra muy bien en la familia del director-gerente del hotel, para que ninguno de sus miembros se escape de este retrato de la sociedad del momento, con sus luces y sus sombras. Sin olvidarse de que el pater familias se labra un porvenir, viniendo del estrato social más bajo de su Andalucía natal, hasta llegar a ser quien rija el ritmo del lugar que da nombre al libro.Paradójicamente, que ni toreros ni artistas puedan ser clientes del hotel Ritz choca con lo que ocurre en la actualidad del momento: los mejores en su campo se hospedan allí para destacar que su estatus se lo permite. No en vano, en esa época, cuando ya había artistas españoles que triunfaban en Hollywood y llevaban el nombre de España por América, no les estaba permitido pasear su fama, a la vuelta, por el sitio más emblemático que les podía encumbrar en Madrid. Allí se recibe con agrado a otro tipo de artistas y a la realeza, por supuesto, y a políticos. La obra comienza con una fiesta en honor de los hermanos Machado.Como siempre, con estos mimbres que destaco invito a los lectores de esta reseña a leer el libro, no les defraudará. Y aunque no la lean, también.