Valladolid merece visitas de
mucho más de un día. Más aún si abrimos el abanico y nos extendemos por su rica
provincia. Pero bien es cierto que en muchas ocasiones, las prisas nos pueden o
nos coge de situación de paso. Por esta razón, de la mano de un vallisoletano
de pro como es Fernando Vega,
nos gustaría hacer repaso de los must de la capital castellanoleonesa, aquello
que sería imperdonable perdernos en la ciudad del Pisuerga si le dedicamos un
día entero
Qué ver en Valladolid
en 24 horas
Plaza Mayor
Si no el que más, uno de los
rincones más fotografiados con diferencia. De tonos granates y blancos, la
Plaza Mayor de Valladolid es toda una joya renacentista, rematada en su punto
más central por el “repoblador de la ciudad”: el conde de Ansúrez.
En ella encontramos edificios
emblemáticos de la ciudad como la Casa Consistorial (Ayuntamiento) y el Teatro
Zorrilla.
Iglesia de San Pablo
Iglesia y convento de estilo
gótico-isabelino cuya fachada, profusamente ornamentada, nos trae
reminiscencias a otras de estilo plateresco como las empleadas en la
Universidad de Salamanca. Flanqueada por dos torres es única en su estilo y uno
de los lugares más visitados de la ciudad. Como curiosidad, tuvo entre sus
habitantes más célebres la obra pictórica “La Anunciación” de Fra Angelico, que
a día de hoy podemos disfrutar en el museo del Prado.
Parque Campo Grande
Aunque no lo podemos denominar como el gran pulmón de
Valladolid, ya que sus dimensiones son menores que otros espacios verdes de la
ciudad, sí que podemos denominarlo el corazón de la ciudad por su carácter
monumental, importancia histórica y por ser uno de los rincones favoritos de
los propios pucelanos.
Su característica forma triangular da cabida al escudo
floral de la ciudad, a fuentes como la de la Fama, varios templetes y lo que
supone uno de sus mayores focos de atracción: la colonia de pavos reales y
faisanes que en él habitan.
Catedral de Nuestra Señora de la
Asunción
No hay ciudad que se precie (más aún de historia medieval)
que no presuma de su catedral. La de Valladolidad es de estilo barroco, con
toques herrenianos – churriguerescos como debe ser, ya que su diseñador fue el
afamado arquitecto Juan de Herrera, popular por hacer uso de multitud de
detalles en las fachadas de sus edificios.
Iglesia de Santa María la Antigua
Como su propio nombre indica, se trata de una de las más
antiguas construcciones religiosas de la ciudad, datando de al menos el s. XI.
De estilo románico, bajo sus cimientos se encuentran unos baños romanos, y en
posteriores restauraciones se le hicieron añadidos de estilo gótico y
neogótico.
Palacio Real de
Valladolid
Testigo de excepción de la rica historia de la que puede
presumir la antigua Pucela, este palacio fue la residencia oficial de los Reyes
cuando la ciudad fue capital del reino y de la corte. En él residieron desde
Carlos I hasta Felipe III.
Plaza Zorrilla
Lugar de encuentro de muchos vallisoletanos a la hora de
dirigirse al centro de la ciudad, es el punto de partida de las principales
arterias, como el paseo dedicado a este hijo ilustre de la ciudad del que, con
orgullo, tanto presumen.
En esta plaza encontramos el edificio de la Academia de
Caballería, la casa Mantilla y uno de los accesos al Parque Campo Grande,
además de la estatua - fuente de su titular.
Playa de las Moreras
Vivir en Castilla no significa renunciar a los placeres de
la costa. Así Valladolid puede presumir de su propia playa a orillas del
Pisuerga.
Cuenta con todas las instalaciones y servicios necesarios
para hacerla servir como lugar de baño y para tomar el sol, disponibles cada
junio cuando da comienzo la temporada de verano.