. Debo reconocer que cuando estudié esto en la preparatoria me pareció
una idea francamente arcaica, monstruosa y muy discriminadora y también tengo
la obligación moral de reconocer que el transcurso de los años, y sobre todo de
los acontecimientos en la política mexicana me ha llevado a cuestionarme
seriamente mi postura inicial.
No solo fue ese tránsito que tuve en la
organización y vigilancia de las elecciones en México desde antes de que
existiera el Instituto Federal Electoral (IFE), luego “transformado” en el
Instituto Nacional Electoral (INE) y la posibilidad de observar y estudiar muy
de cerca el comportamiento de los representantes de todas las fuerzas políticas
mexicanas, de los observadores electorales, y el pueblo en general, sino
también la de escuchar los comentarios, en su gran mayoría estúídos, intestinos
y carentes de cualquier fundamento en el Sistema de Transporte Colectivo (Metro
de la ahora CDMX), los cada vez más atestados y maltratados camiones del
llamado “Metrobús”, el mercado sobre ruedas, mercados públicos, la “cola” o
fila para las tortillas, museos y un largo etcétera. El común denominador en todos
estos sitios es que la gente habla sobre temas de los cuales no tiene el menor
conocimiento, se meten lo mismo con la forma en la cual un entrenador,
altamente capacitado para ello, maneja a un equipo de futbol que con la
economía, tratados internacionales y demás. Afirman estúpidamente que el mal
llamado “Neo liberalismo) nos ha llevado a la crisis sin siquiera sospechar que
la “doctrina” neoliberal, no permite la injerencia del Estado en materia económica
mientras el Estado Mexicano “apalanca” al peso con fuertes cantidades de dinero
diarias para evitar una mayor devaluación, se mete directa y descaradamente en
disputas o pleitos entre los grandes gigantones de la economía para favorecer a
sus consentidos o cómplices, ahora en menor medida pero también suele controlar
los precios del maíz, tortilla, pan y otros productos básicos, limita o
favorece la operación de líneas aéreas nacionales e internacionales impidiendo
a las últimas realizar vuelos de cabotaje (vuelos al interior del país)
provocando con ello abusos tarifarios por parte de las líneas aéreas nacionales
y un largo etcétera. Todo eso, y muchas cosas más, son cosas que rompen
totalmente con el Neoliberalismo y la gente no para de afirmar que éste nos ha
llevado a la ruina. Una discusión que
está muy de moda es la del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de
México, si bien no dudo naditita que la corrupción campea p VOTACIONES ESTÚPIDAS Los antiguos griegos,
Aristóteles y todos sus cuates, pensaban que la masa del pueblo no debería de
participar en las elecciones y que éstas deberían ser exclusivas para ese
reducido grupito de personas que tienen conocimientos sobre los asuntos de
Estado. Debo reconocer que cuando estudié esto en la preparatoria me pareció
una idea francamente arcaica, monstruosa y muy discriminadora y también tengo
la obligación moral de reconocer que el transcurso de los años, y sobre todo de
los acontecimientos en la política mexicana me ha llevado a cuestionarme
seriamente mi postura inicial. No solo fue ese tránsito que tuve en la
organización y vigilancia de las elecciones en México desde antes de que
existiera el Instituto Federal Electoral (IFE), luego “transformado” en el
Instituto Nacional Electoral (INE) y la posibilidad de observar y estudiar muy
de cerca el comportamiento de los representantes de todas las fuerzas políticas
mexicanas, de los observadores electorales, y el pueblo en general, sino
también la de escuchar los comentarios, en su gran mayoría estúídos, intestinos
y carentes de cualquier fundamento en el Sistema de Transporte Colectivo (Metro
de la ahora CDMX), los cada vez más atestados y maltratados camiones del
llamado “Metrobús”, el mercado sobre ruedas, mercados públicos, la “cola” o
fila para las tortillas, museos y un largo etcétera. El común denominador en todos
estos sitios es que la gente habla sobre temas de los cuales no tiene el menor
conocimiento, se meten lo mismo con la forma en la cual un entrenador,
altamente capacitado para ello, maneja a un equipo de futbol que con la
economía, tratados internacionales y demás. Afirman estúpidamente que el mal
llamado “Neo liberalismo) nos ha llevado a la crisis sin siquiera sospechar que
la “doctrina” neoliberal, no permite la injerencia del Estado en materia económica
mientras el Estado Mexicano “apalanca” al peso con fuertes cantidades de dinero
diarias para evitar una mayor devaluación, se mete directa y descaradamente en
disputas o pleitos entre los grandes gigantones de la economía para favorecer a
sus consentidos o cómplices, ahora en menor medida pero también suele controlar
los precios del maíz, tortilla, pan y otros productos básicos, limita o
favorece la operación de líneas aéreas nacionales e internacionales impidiendo
a las últimas realizar vuelos de cabotaje (vuelos al interior del país)
provocando con ello abusos tarifarios por parte de las líneas aéreas nacionales
y un largo etcétera. Todo eso, y muchas cosas más, son cosas que rompen
totalmente con el Neoliberalismo y la gente no para de afirmar que éste nos ha
llevado a la ruina. Una discusión que
está muy de moda es la del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de
México, si bien no dudo naditita que la corrupción campea por todo lo alto en
el asunto, desconozco cualquier sobre cualquier asunto que tenga que ver con la
planeación, ubicación, construcción, administración y manejo en general de
aeropuertos nacionales e internacionales. Así pues, mal haría yo en inclinarme
por una opción de ubicación u otra, peor aún en participar en una “Asamblea a
mano alzada” para votar sobre el particular. Pero en México nos sentimos capaces
de ello y mucho más, cuando vemos construcciones hechizas que se vienen abajo
en la primer tormenta por no haber tomado en cuenta las reglas mínimas de
diseño arquitectónico, ingeniería civil, mecánica de suelos, etcétera. Es por esto que me encuentro, más que
preocupado, alarmado, porque el sistema de votaciones generales nos ha llevado
al reinado de la estupidez absoluta. Quizá los Antiguos sabios griegos tenían
razón.or todo lo alto en
el asunto, desconozco cualquier sobre cualquier asunto que tenga que ver con la
planeación, ubicación, construcción, administración y manejo en general de
aeropuertos nacionales e internacionales. Así pues, mal haría yo en inclinarme
por una opción de ubicación u otra, peor aún en participar en una “Asamblea a
mano alzada” para votar sobre el particular. Pero en México nos sentimos capaces
de ello y mucho más, cuando vemos construcciones hechizas que se vienen abajo
en la primer tormenta por no haber tomado en cuenta las reglas mínimas de
diseño arquitectónico, ingeniería civil, mecánica de suelos, etcétera. Es por esto que me encuentro, más que
preocupado, alarmado, porque el sistema de votaciones generales nos ha llevado
al reinado de la estupidez absoluta. Quizá los Antiguos sabios griegos tenían
razón.