Es importante aplicar técnicas de esterilización y desinfección en
cualquier laboratorio. Ambos procesos son igualmente importantes. Hay una
diferencia entre ellos: la esterilización mata y / o elimina todas clase de
microorganismos y esporas basadas en agentes físicos; la desinfección es un
proceso químico que destruye microorganismos patógenos específicos, pero no
necesariamente las esporas. El calor es el agente físico más comúnmente
utilizado para la descontaminación. La esterilización se logra mejor usando
vapor o calor seco, pero la incineración, la pasteurización y las luces
ultravioletas son otros métodos aplicados con menos frecuencia.
1. Autoclave o vapor de calor.
Este es el medio más efectivo y confiable para esterilizar materiales. Se basa
en el uso de vapor presurizado para calentar materiales. Es efectivo para matar
microbios, esporas y virus. Los microbios se matan por hidrólisis y
coagulación. La Organización Mundial de la Salud recomienda ciclos de tres
minutos (a 134 ° C) a 25 minutos (a 115 ° C). Existen diferentes modelos de
autoclaves, según las necesidades del laboratorio:
1.1 Autoclaves de desplazamiento por gravedad: en estos modelos, el
vapor entra a la cámara bajo presión y desplaza el aire más pesado hacia abajo.
1.2 Autoclave al vacío: también conocido como autoclavado con vacío
previo, en este proceso se elimina el aire de la cámara antes de que se ingrese
el vapor. Es más adecuado en los casos en que el aire no puede eliminarse
fácilmente de los medios de esterilización. Esto puede incluir artículos
grandes o porosos, como jaulas de animales y esterilización de ropa de cama,
así como kits quirúrgicos envueltos. La función de vacío en estos autoclaves
permite una esterilización más profunda de los contenidos, ya que evacúa completamente
el aire ambiental, permitiendo que el vapor a alta temperatura penetre y
esterilice las áreas que normalmente estarían ocupadas por el aire ambiente, y
puede ser más eficiente en la esterilización de ciertos artículos con áreas
difíciles de alcanzar.
2. calor seco
A diferencia de la esterilización en autoclave, el calentamiento en seco
implica la ausencia de agua. Se basa en el principio de que la hidrólisis no
puede tener lugar en la proteína si no hay agua. El calor seco mata a los
microbios por oxidación: los componentes celulares esenciales se destruyen y el
organismo muere. A diferencia de la esterilización en autoclave, este proceso
requiere más energía y temperatura, generalmente más de 180 ° C, en un proceso
que dura una hora o más. Es el proceso de esterilización ideal en el caso de
grasas, aceites, polvos y metales. El horno de aire caliente es altamente
efectivo en el caso de materiales insolubles en agua, pero tiene una
penetración de difusión lenta y no es adecuado para plástico reutilizable.
Funciona con presión normal (a diferencia de la esterilización en autoclave).
Este proceso es vital para esterilizar herramientas que están en riesgo de
corrosión.