Como hombre de Estado y del Periodismo Anticorrupción, hablo en este artículo desde los adultos mayores que fuimos Generación de Oro en los 60 y 70, para quedar como generación perdida cuando nos repartió la represión y el exilio. Hemos cruzado las 3 décadas desde el Plebiscito del 5 de octubre de 1988 y hoy queremos dejar una reflexión para rescatar Chile de esta tendencia destructiva, para reconocernos como una fuerza viva que tiene peso específico y que debemos expresar en las urnas.