Exposición Universal de Barcelona, 1888. Es el telón histórico de una novela que sin embargo arranca en una Cuba que a España se le va de las manos. Losespacios físicos están conectados a miles de kilómetros través de los personajes principales que viven en esta historia tan grande como el número de páginas. Para mí nunca ha sido una pega el volumen de un libro porque si me gusta, a mayor cantidad, mayor felicidad. El problema es cuando el arranque se alarga tanto que destroza la paciencia del lector que percibe lo bueno que está por llegar.La familia Ripoll con su patriarca Práxedes al frente, es la muestra del poder económico que atesora la burguesía catalana de finales del siglo XIX. Se resiste a abandonar el tráfico de esclavos ya abolido. Como buen olfateador de dinero buscará la manera de sortear las prohibiciones, medrando hasta el infinito. Los tentáculos de poder generan dependencia y el señor Práxedes debe mantener ojo avizor para no perder comba entre su territorio español y cubano.