Con este fragmento del poema “Merece la pena (Un jueves telefónico)”, contundente reflejo de la realidad de nuestros días, presentamos a Luís García Montero, poeta y ensayista granadino, Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, donde obtuvo su Doctorado en la misma Universidad con una tesis sobre Rafael Alberti, a quien le unió una gran amistad.
Considerado como una de las figuras de la denominada poesía de la experiencia o ‘poesía de la vida’, en palabras del Premio “Nobel” de Literatura Octavio Paz, Luís García Montero llena nuestros sentidos de una lírica absolutamente cercana y actual, con la que cualquiera de nosotros puede sentirse identificado.
Su poesía es un retrato perfecto en el que lo cotidiano, lo urbano, y los sentimientos de amor, soledad, infelicidad, deseo, emoción, nostalgia, desfilan en bella armonía a través de sus versos, letras que consiguen desnudar el cuerpo y el alma del poeta, de sus personajes y del propio lector con una gran sensibilidad que huye, no obstante, de la sensiblería.
Lo auténtico y veraz de la vida se esconde en sus versos, escritos con un lenguaje cercano y conciso, desprovisto de florituras, lo que no le resta belleza. Todo ello le ha hecho merecedor de galardones como el Premio Adonáis en 1982 por “El jardín extranjero”y el Premio Nacional de la Crítica en 2003, con “La intimidad de la serpiente”.
Recibió también el Premio Loewe en 1.994 y el Premio nacional de Literatura en 1.995 por su obra “Habitaciones separadas” (1.994), en la que vamos a centrar nuestro post de esta semana.
Este poemario, que el propio poeta calificó de “reflexión sobre la actualidad ideológica y sentimental”, marcó un antes y un después en la trayectoria literaria de García Montero, debido al impacto que supuso en su momento en el panorama lírico español, por la gran acogida de público y crítica, que convirtió a nuestro poeta en uno de los más importantes de la actualidad literaria. “Habitaciones separadas” logra acercar la poesía al gran público, manteniendo la calidad lírica y cultural.
Versos biográficos y auto reflexivos, que atrapan al lector desde el primer momento, son el vehículo conductor de esta obra, de la que hemos escogido el poema “Está solo. Para seguir camino…”