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Para inaugurar esta sección dedicada a los poetas y su poesía, composición literaria que, según el diccionario de la RAE, se concibe como expresión artística de la belleza por medio de la palabra, podríamos haber elegido algún autor grecolatino o incluso de una época anterior, como los que podemos hallar en algunas literaturas orientales que, según la tradición, se remontan a más de dos mil años antes de nuestra era. Y todo por aquello de seguir un orden, de comenzar por el principio.
Sin embargo, la poesía es orden, pero también desorden; es risa y llanto; regocijo y lamento; denuncia y sarcasmo; realidad y magia; consciencia e irracionalidad… La poesía es tantas y tantas cosas, que tratar de ordenarla u ordenar a sus autores, aun siquiera cronológicamente, nos parecería una falta de respeto a su propia esencia.Por esta razón, hemos considerado mucho más interesante comenzar por el final, por alguien más cercano a nosotros, a nuestros días.Y para ello, hemos escogido a un autor contemporáneo, Gonzalo Rojas, poeta y profesor chileno, perteneciente a la denominada “Generación del 38” en Chile. Gabriela Mistral dijo de él, a propósito de su primera publicación titulada “La Miseria del hombre”:«Me ha tomado mucho, me ha removido y, a trechos, me deja algo parecido al deslumbramiento de lo muy original, de lo realmente inédito. (…) Lo que sé, a veces, es recibir el relámpago violento de la creación efectiva, de lo genuino, y eso lo he experimentado con su precioso libro».Su obra, cercana a la estética surrealista, es continuadora de las vanguardias chilenas y latinoamericanas del siglo XX. Vital y con una enorme carga existencial, su poesía se caracteriza por el compromiso social y el poder sonoro de la palabra, sin olvidarnos del erotismo, tan presente en muchas de sus composiciones.Pese a que sus primeras obras dieron lugar a críticas encontradas, está considerado uno de los más grandes poetas iberoamericanos del siglo XX. No en vano fue galardonado con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y el Premio Nacional de Literatura de Chile, ambos en 1992, y el Premio Cervantes en 2003.La mágica y, a la vez, contundente sonoridad de su lenguaje poético se aprecia a la perfección en su poema “Al silencio”, una hermosa y acertada descripción del silencio y, a la vez, un claro ejemplo de poesía de verso libre:“Al silencio”Oh voz, única voz: todo el hueco del mar,todo el hueco del mar no bastaría,todo el hueco del cielo,toda la cavidad de la hermosurano bastaría para contenerte,y aunque el hombre callara y este mundo se hundiera,oh majestad, tú nunca,tú nunca cesarías de estar en todas partes,porque te sobra el tiempo y el ser, única voz,porque estás y no estás, y casi eres mi Dios,y casi eres mi padre cuando estoy más oscuro.