. Estudió Derecho pero afirma que siempre fue escritor. Arrancó de muy joven con la poesía que tantos premios y satisfacciones aporta a su carrera. Como novelista se estrenó en 2008 y “Taxi”, su última obra, ha tenido una excelente acogida entre los lectores.
Además de trabajar en música y cine (como guionista), Carlos Zanón también es crítico literario.
Entrevista realizada por Begoña Curiel para ELD.–Supo muy pronto que quería dedicarse a la escritura. He leído en sus entrevistas que estuvo años intentando que las editoriales valorasen su trabajo. ¿La persistencia es lo primero en este oficio? ¿No se debe desistir cuando uno está convencido de que es bueno lo que quiere contar?Querer ser escritor es permanecer en una vocación. Y eso implica entre otras cosas una dedicación y un no rendirse. Nadie te está esperando así que nadie te echará en falta si te retiras. No es cuestión de creer en que seas o no bueno. Es sólo que eres eso, escritor. Eso es lo que eres, es tu manera de estar en el mundo. No es un entretenimiento.–¿De qué se siente más satisfecho o más orgulloso a lo largo de su carrera de fondo como escritor?De no haberme rendido, supongo. De haber creído en mí siempre.–Sé que las etiquetas no le afectan aunque sigan encasillándole como autor de novela negra. ¿A qué cree que se debe esa constante y a veces obsesiva necesidad de etiquetar?No creo que esté especialmente encasillado al no haber escrito novelas de procedimiento policial ni tener un personaje fijo. Etiquetamos porque es una manera de ordenar. No me parece mal. Es cuestión del artista escaparse de la etiqueta.–Es una frase suya: “Para escribir ha de existir una herida. Un escritor es eminentemente un animal herido”. Según este punto de partida, ¿cómo, dónde quedaría la que denominan literatura de entretenimiento? Esa que es “para echar un rato”.Si un escritor hace literatura para entretenerse, sin implicación personal, para mí lo que hace no es literatura. La literatura escuece, pincha, incomoda, descoloca.–Muchos defienden a capa y espada la escritura como instrumento para denunciar los males que nos acucian. ¿Para qué, por que escribe Carlos Zanón?Para saber quién soy. Para crear un objeto artístico que funcione de todo aquello que no sé hacer funcionar en la vida real. Para tratar de hacer algo que no haya sido hecho antes, fracasar y volver a intentarlo.–En muchas de sus entrevistas afirma que escribe para entender, al menos para intentar entender (entenderse). Con su carrera a cuestas, cuéntenos… ¿ha sido así, le ha servido o tiene nuevas dudas, comprende mejor el mundo y a las personas?En algunos aspectos, sí. Te ayuda a vivir. Las preguntas cambian y entonces las respuestas no importan tanto.–Colabora con el suplemento cultural Babelia de El País. ¿Cómo se siente un autor haciendo de crítico literario de otros?Bien. Trato siempre de desentrañar el libro. Sé lo que cuesta escribir un libro. Pero creo que puedo enjuiciarlo, ver qué funciona y qué no. Ser escritor no me impide estudiar un libro.–Me encantó un artículo suyo de diciembre de 2017 sobre “best sellers”. Tras leer algunos superventas escribía usted: “¿Compensa eso los libros que he dejado de leer estas semanas? Me temo que no. Soy un repelente esnob que quiere leer libros que intenten y fracasen en saber de qué va esto de vivir y morirse”. ¿Cree que estamos intoxicados de un mercado de libros que se venden como rosquillas aunque la calidad literaria no siempre sea su valor fundamental?No soy enemigo de que un libro venda mucho. Incluso un libro malo. Me da igual. A nivel personal me fastidia perder el tiempo. No olvidemos que un best seller es un libro dirigido a la gente que no lee literatura. Ése es el propósito. Y me parece bien. No a todo el mundo le tiene que apetecer leer literatura.–Cuando está embarcado en un nuevo trabajo, ¿reduce el número de sus lecturas? ¿Lee para documentarse sobre lo que tiene entre manos o es capaz de abstraerse de lo que está escribiendo?No modifico nada.–¿Es de rutinas cuando escribe? ¿Necesita de ambientes determinados? ¿Trabaja mejor en tramos determinados del día? ¿En silencio absoluto, con música de fondo?Me gusta estar solo. Con música. Mejor por la mañana. Odio el calor por lo que odio el verano (a menos que estés en Escocia, por ejemplo, sitio donde nunca he estado por cierto)–¿Es de los que necesita un período de reposo después de terminar un trabajo para iniciar otro o de los que les persiguen las historias sin hora ni fecha en el calendario?Llevo desde el 2008 sin parar, de escribir, corregir y volver a escribir. Después de la promo de Carvalho quiero parar.–La poesía es otro de sus fuertes. ¿Qué le aporta a la hora de elaborar prosa? ¿O no tiene nada que ver?La literatura es música y por supuesto la poesía. Me gusta el juego de lo que se escribe y lo que se sugiere. Los huecos, la intensidad, la emoción, las imágenes, todo lo que tiene la poesía creo que hace alzar al vuelo de la prosa si ésta es algo más que un sonajero, claro.–¿Cómo han variado sus gustos como lector de poesía desde que era adolescente a la actualidad?Voy probando cosas. No sé si he hecho un viaje coherente. De adolescente estaba loco por Byron, Shelley, Bécquer y todo eran parques al atardecer, lluvias y doncellas ahogándose en estanques. Eso ya no lo leo (creo)–¿Qué libro recomendaría a un joven de hoy en día para que se enganche a la lectura? ¿Con qué lecturas se quedó usted enamorado de adolescente?De niño con Los tres mosqueteros. De adolescente con Las peregrinaciones de Childe Harold de Byron y de más mayor con Lolita de Nabokov, por ejemplo. Pero es que eso es muy personal. Que vaya probando: hay decenas de libros que parecerán escritos para él.–Las cifras nos hablan de un catastrófico panorama de lo poco que se lee en nuestro país. ¿Qué ocurre, qué haría falta para subir los números?No estoy de acuerdo. Hay una industria enorme del libro. Siempre se queja todo el mundo. De algo vivirán ¿no? Como una vez me dijo Javier Tomeo, en España igual lee poca gente pero quien lee se lo lee todo.–A pesar de todo –de las malas cifras de lectores– hay un batallón de jóvenes locos por historias como las de Harry Potter, las de Laura Gallego, Juegos del hambre y temáticas y/o autores similares. ¿Lo importante es que lean sin más, independientemente de las temáticas, sea bueno o no lo que les ofrece el mercado?La cuestión es que pasa cuando los chavales tienen 18 años. No sé si uno ha de esperar a ser adulto para volver a leer. Yo ahora con 16 años preferiría estar con el Call of Duty que con Werther o Crónicas de Motel. Tampoco ha de leer todo el mundo. Que lea quien quiera.–Después del éxito de “Taxi”, ¿qué tiene previsto Carlos Zanón? ¿Cree que esta novela supone un antes y un después en su trabajo?Creo que en algunos aspectos es un final. No quiero irme repitiendo. Prefiero equivocarme haciendo cosas nuevas que acertar haciendo las mismas.