. Apuntada queda a partir de ahora Charlotte Link. Me ha dejado impresionada esta novela. Justo cuando menos esperaba que ocurriera con un thriller. El mercado se está saturando de historias similares que se repiten y cansan porque, como es lógico, no todas pueden ser buenas.
Con todas las pegas que se le pudieran poner –cada lector es un mundo–, “El engaño” ha conseguido: que volara a casa con ansiedad para continuar su lectura, que tuviera el gusanillo típico en el estómago con la suma de intriga, tensión y angustia, que me confundiera y despistase durante muchas páginas y que me interesasen muchos de los temas paralelos a la investigación principal de la trama.
El asesinato de Richard Linville, antiguo policía, deja KO a su hija Kate, agente de Scotland Yard. Además de su padre es prácticamente su conexión a la vida. La autora ha dibujado un personaje débil a nivel emocional para que dedique todo su tiempo y corazón a la búsqueda del culpable aunque las pesquisas tienen a su propio responsable: el inspector, Caleb Hale.La trama paralela que cobra en ocasiones tanta fuerza o más que la central nos presenta a la familia Crane: un matrimonio y su hijo que vive un singular episodio de persecución.Es esta subtrama (no tan sub) la que me ha reportado mayores escalofríos. Puedes sentir cómo se va estrechando su oxígeno precisamente cuándo más lo van buscando. Su particular situación familiar les unirá a dos personajes que… Hasta ahí puedo leer.Link trabaja bien la psicología de los personajes aunque se esmera especialmente con algunos. Son los que suben latemperatura tensional que cruzará las historias. Imaginas que eso ocurrirá y la autora se emplea a fondo para la realizar una complicada espiral. Tanto, que el desenlace se retuerce al máximo para buscar la conexión entre las partes (ya me contaréis si os convence la manera de resolver el final).Intentando no desvelar demasiado, destacaría la forma de abordar el maltrato psicológico, aunque tampoco está ausente el físico. Charlotte Link desbroza bien esta temática que al unirse con otros episodios de acoso, genera buenos–malos ratos para el lector. Además, lo hace con agilidad, mucho ritmo, aunque a veces parezca detenerse el tiempo cronológico de la acción. Ese contraste es fabuloso. La escritora crea un ambiente asfixiante y genera un alto grado de incertidumbre que te pega a las páginas. Hay “tramos de insomnio”. Depende de qué tipo de lector seas, qué te guste y sobre todo, si eres de los que lees por la noche.Por supuesto el centro de la novela es la investigación policial en la que Kate se meterá por medio: por impaciencia e imprudencia. Como no podía ser de otra manera. Es un recurso efectivo cuando está bien utilizado como suele ser habitual en tramas donde familiares y/o amigos de la víctima trabajan también en el sector y por tanto, acaban metiéndose donde nadie les llama.Y cómo no, según dan pasos y tropezones en la investigación van saliendo a la luz esos secretillos que motivan el título de la novela. No se ha complicado con este asunto la autora. Los secretillos desvelan todo lo que Kate no olía ni de lejos. También es cierto que Link ha diseñado una psicología a la medida: Kate es el prototipo de persona que ni sabe, ni quiere saber, porque lleva demasiado tiempo mirando para otro lado. Es cuestión de gustos que este personaje convenza o no, teniendo en cuenta que unos mínimos de sagacidad, se le presuponen a un agente de Scotland Yard.Me encantaría destacar otros personajes pero si los menciono, acabaré por contar demasiado. Pero el elenco es estupendo. Incluso el de algunos secundarios que parecen menores. Sin duda, es un trabajo muy intenso el de esta novela en trama y personajes. Muy arriesgado también.Lo que más me gusta es haber descubierto un nuevo autor. En este caso, autora, que según leo, vende millones de libros en Alemania. Seguro que más adelante buscaré otro engaño de Charlotte Link.