. Néstor García, amigo y apoderado desde siempre de Fandiño, ha escrito un revelador libro sobre el penúltimo héroe del mundo del toro. El objetivo ha sido dar memoria de su vida, una esfera incierta y de trato difícil, que se encuentra con las alcobas de los intereses de la tauromaquia. La lectura de “Mañana seré libre” supone enfrentarse a todas las limitaciones que impone el negocio taurino.
La obra está escrita con la fuerza, la inspiración y la determinación desesperada con la que solo se escribe por un hermano o un amigo. Las reflexiones de Néstor, destinadas al silencio indolente en la mayoría de medios, se proyectan de forma escrita junto a sus recuerdos para honrar la memoria de Fandiño: “Los hombres no se convierten en héroes por ganar siempre, sino por marcar una senda, una pauta y llevar aquello al máximo extremo sin pensar en las consecuencias. Nunca buscó el camino fácil o el establecido, siempre decidió escribir el suyo”, escribe el autor en el libro.
Néstor, el hombre inseparable que se ponía la colonia de Fandiño antes de partir hacia la plaza y el apoderado que no cobró comisiones los primeros años de carrera, relata los esfuerzos de un torero para alcanzar la meta de ser la figura máxima -hazaña que Fandiño logró en los años 2012, 2013 y 2014- y la ingratitud de los empresarios y sus compañeros. Cada palabra pesa: “Saber tu destino y enfrentarte a él está solo a la altura de los héroes, de esos hombres que nacen para ser amados y odiados, para imponer su voluntad a costa de lo que sea, para ser icono de una forma de ser y afrontar la vida para ser inmortales. Iván Fandiño lo consiguió”.El autor también cuenta la cantidad de errores que cometió al lado de su hombre y, además, desvela que el modelo de apoderado que aplicó a Fandiño lo importó de la película norteamericana “Jerry Maguire” protagonizada por Tom Cruise en los años 90, basada en un representante de éxito que un día descubre que las personas son más importantes que el dinero.La obra, que nunca deja de lado la intriga y el secreto, es un pensamiento apacible donde aliviar la memoria de una triste amistad aunque la trascendencia de Iván Fandiño está fuera de libros y relojes. Su figura es inabarcable y su mundo, la eternidad. Una historia de superación y desafío que tardará mucho tiempo en repetirse: “Fandiño era dueño de un corazón, un carisma y una personalidad con la que otros soñaban y, por ello, se convirtió en el icono de un movimiento revolucionario que puso en jaque las estructuras tradicionales de una profesión involucionista y poco dada a permitir rebeldías. El talento de Iván Fandiño era levantarse todos los días a las seis de la mañana a entrenar lloviera, nevase o cayeran piedras del cielo, y cuando no lo hacía se notaba en la plaza”, afirma Néstor en la publicación. El toreo jamás olvidará la gran independencia de su alma. La verdad de una vida: Iván Fandiño.