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Jaulas de aire es un libro que sigue la mejor tradición de la ciencia-ficción y la distopía futurista y despliega todo un arsenal de historias originales y plenas de significado, que van dibujando la pugna continua entre la libertad individual y las imposiciones sociales que configura el destino de cada uno de nosotros. Optar por la libertad no es fácil y, muchas veces, es simplemente imposible, viene a decirnos Arantxa, y desmenuza este presupuesto en diez historias soberbias, diez relatos que nos conmueven y nos hacen daño. Ahí fuera está la luz del sol pero, ¿de verdad queremos alcanzarla?
Podría decirse que, en Jaulas de aire, Arantxa va, cuento a cuento, dibujando el perfil del mal. De ese mal que muchas veces no vemos, de ese mal que es como un parásito que vive dentro de nosotros y al que nos hemos acostumbrado de tal manera que muchas veces toma el control.Puede decirse que tiene un aire de familia con la serie de televisión Black Mirror, ya que comparten algunas cosas como la fantasía y la estrategia de proyectar en un futuro no tan lejano los males o los miedos de la sociedad contemporánea, pero hasta aquí llegan los parecidos. Jaulas de aire es un proyecto más ambicioso. Es mucho más amplio: es más social, más ideológico y más valiente.Los relatos de Jaulas de aire no solo nos hablan de qué puede pasar en un futuro con la tecnología, sino de un sistema entero que se aprovecha de nuestras debilidades para robarnos hasta lo que parecía inviolable. Con el pulso de una narradora de verdad, la autora va transformando toda esa indignación que le provoca el mundo en cuentos vibrantes, en personajes vivos, en historias que nos interesan y que seguimos sin ser capaces de despegarnos de ellas hasta el final. Los personajes, todos ellos, pertenecen a lo que podríamos llamar una raza de esclavos. Una raza de esclavos que luchan y se dañan entre sí. Todos ellos sirven al sistema. Y no hay nada más. Está el sistema y los que le sirven.Como toda buena historia de ficción, y sobre todo de ciencia ficción, uno de los elementos fundamentales es la creación del mundo. Si no somos capaces de crear un mundo verosímil no hay ciencia ficción posible. Y ese es uno de los momentos en los que vemos si tenemos un escritor de verdad a los mandos o no. Y en este caso se ve clarísimo: en Jaulas de aire los mundos en que suceden las historias aparecen nítidos ante nosotros, con cuatro brochazos Arantxa consigue meternos en sus conflictos. Los vemos, los tocamos, los sufrimos con los personajes. Y seguimos leyendo estas historias perturbadoras hasta el final porque las sentimos vivas. Completamente vivas dentro de nosotros.Otro elemento importante es la terminología, que en la ciencia ficción a veces es de muy complicado manejo. En Jaulas de aire,Arantxa Rochet crea una neolengua que hablan los personajes y que, este caso, es un acierto total. Hay términos como velocinas,masstren, portacenizas o amotinador que de alguna manera acaban diciendo lo que el lenguaje de hoy esconde, lo que por desgaste ya no dice bien. Estos nuevos términos acaban expresando eso que está dentro de las cosas y que, al nombrarlo de nuevo, no tenemos más remedio que escuchar.En definitiva, estos relatos, escritos con una prosa eficaz y capaz de generar atmósferas líricas que, en ocasiones, recuerdan a Ray Bradbury, forman un caleidoscopio de miradas y universos, de ideas y emociones en las que nos reconocemos. Un libro espléndido que nos habla de todo eso que el mundo de hoy quiere negar y, sin embargo, no hace más que confirmar un poco más cada día.