Sus piezas dejan boquiabiertos a los espectadores.
Asombro es lo que provoca en cada una de sus exposiciones el ya célebre escultor italiano Peter Demetz, como las obras de su autoría que se encuentran actualmente exhibidas en la galería Lucía Mendoza (famosa galería madrileña ubicada en Bárbara de Braganza, 10) hasta el 7 de abril del año corriente, sus piezas se colocan como cuadros cuando realmente son esculturas, basta con que el espectador se aproxime a ellas para que se maraville por el descubrimiento de lo tridimensional, algo completamente opuesto al mundo bidimensional al que nos tienen acostumbrados los cuadros.
Las piezas muestran a individuos con miradas fijas en su mayoría en el piso y que aparentan ociocidad y un dejo de vergüenza al saberse observados, son hombres y mujeres petrificados creados con un minucioso empeño por hacer visible los más mínimos detalles de su fisonomía sin vida, el nivel de realismo y belleza es tan grande que espanta. Las esculturas/cuadros son piezas realizadas en madera y talladas a mano con tamaños que van de los 50 cm hasta los 120 cm de altura. Las esculturas de Demetz transmiten una melancolía muy estética, sus personajes son perennemente seres absortos o meditantes.
Nacido en 1969 en la provincia italiana de Bolzano se mudó a Ortisei finalizando los estudios secundarios para ingresar en el Instituto de Arte de Ortisei donde se graduó para después pasar a ser discípulo del maestro Heinrich Demetz, en 1993 logró terminar su maestría en Escultura. Ha expuesto su obra en múltiples galerías de toda Europa y es actualmente uno de los escultores más ínclitos del arte contemporáneo, recientemente su obra ha cruzado el Atlántico y se ha expuesto con mucho éxito en la feria de arte CONTEXT ART MIAMI en su edición 2017 lo mismo que la del 2016 donde también triunfó. Demetz es un artista prolijo quien no solo ha sido escultor sino a la vez docente y catedrático en escuelas de Italia y Alemania, además de notable conferencista. Actualmente vive en Ortisei (pueblo cercano a la frontera austriaca) pero su espíritu continúa siendo muy de Bolzano, de esa pequeña ciudad enclavada en las montañas.