. Después caí rendida ante la portada e historia también maravillosa de “El cielo en un infierno cabe”. Por eso me alegré cuando fue finalista del premio Planeta 2017. La autora se lo merecía.
“Niebla en Tánger” posee el encanto y/o misterio que destila en sus obras (al menos las que he tenido el gusto de leer); ese hilo con el que engancha al lector entre sus brumas. Como por las que desaparece Paul Dingle en 1951 en el puerto tangerino. Pero él no es el protagonista principal. Es Flora Gascón, que le busca durante toda la novela.
Ella es la mujer de un matrimonio que ya no le hace sentir. La aventura fugaz con un hombre destapará sus ganas de todo. Le persigue a través del libro que su amante tenía en la mesilla: “Niebla en Tánger”. Flora sube de cero a diez en un instante, el ritmo aletargado de su insulsa existencia. Ni corta ni perezosa se planta en Tánger para buscar a la autora de la obra. Está convencida de que el hombre con el que se acostó es el mismo Paul Dingle de las páginas del libro. Lógicamente no puede ser la misma persona pero Flora –sin decidirlo– se convierte en investigadora aficionada. La excitación ha roto su rutina.El viaje será definitivo porque además encontrará las maravillas y el encanto de ese Tánger bohemio y cosmopolita tan novelado de principios del siglo XX que da para tanto. Mucho más teniendo en cuenta todas las puertas que traspasa Flora gracias a esa ciudad, un marco ideal para el juego que propone la autora: encontrar una explicación a su historia a través de otra escrita ya en un libro.El nuevo camino de Flora no tiene vuelta atrás gracias a «la creación literaria como generadora de vida», tal y como menciona Cristina López Barrio, parafraseando a Oscar Wilde en su obra “La decadencia de la mentira”.Desvele o no el misterio (eso habrá que descubrirlo con esta lectura) de sus Paul, Flora dará pasos hacia sí misma. Pensar en el regreso a casa con semejante aventura en las manos, es entonces un pensamiento que se le hace insoportable. Ese Tánger del pasado es una tentación para quien esté perdido. Y Flora apostará por seguir perdiéndose, porque además, en el nuevo futuro que está por crearse –para Flora y para todos– existe la posibilidad de que encuentres a personajes tan perdidos como tú. Es una suerte o una desgracia. Por supuesto deberán leer “Niebla en Tánger” para saber lo que ocurre.Mientras tanto el lector tendrá que moverse por la línea que separa y une realidad y ficción; en una atmósfera nebulosa donde Cristina López Barrio despliega su efectivo músculo para la magia y el misterio; con el que expone además el amplio abanico de ofrecen los amores, incluido el que se siente por los libros, capaz de generar experiencias fascinantes. De hecho Flora se embarca en esta descabellada –para su insulsa vida– odisea gracias a un libro.“Niebla en Tánger” es un viaje psicológico, una historia de búsquedas, un grito por el cambio cuando el alma lo exige, la confirmación de que las locuras y la magia son necesarias para no vivir muertos… Bonita propuesta sin duda, la de Cristina López Barrio. Desgraciadamente hay mucho muerto viviente por las calles y hogares que nos rodean a diario.