Nuestro himno nacional reza: “¡Oh
Patria querida! Que el cielo: un soldado en cada hijo te dio” y efectivamente,
la patria debe saber y estar segura que en cada uno de los mexicanos tenemos un
soldado dispuesto a luchar y salir adelante por ver al país levantarse.
México ha sido severamente
golpeado, claro, no al nivel que se sufrió hace 32 años con el sismo de 1985
gracias a que los tiempos ha cambiado, pero eso no ha hecho que la desgracia se
aleje pues no solo las grandes ciudades sufrieron grandes golpes, los pequeños
poblados fueron los que recibieron la estocada muerte.
Hoy más que nunca es el día que
México nos necesita, y creo que el pueblo está respondiendo a la altura pues es
sorprendente ver en el supermercado inmensas colas de carritos llenos de
víveres los cuales incluso se llegaron a agotar: me pasó a mí al acudir a Sam´s
en la Noria, Puebla para comprar agua ¡Ya no habían paquetes! Las colas y los
víveres son un gran reflejo del espíritu del mexicano que así viviendo al día,
rezando porque la quincena llegue e incluso con grandes deudas a cuestas logró
hacer sacrificios solo para comprar víveres para las personas que lo perdieron
todo.
Ver tu casa, ver el sacrificio tan
duro, el enorme esfuerzo caer en unos segundos es una sensación desgarradora
pues la incertidumbre de no tener nada puede destruir no solo edificios,
también corazones; hoy tenemos la certeza de que los mexicanos resistimos un
terremoto en nuestra alma pues por aquí acabó el movimiento telúrico, los
mexicanos comenzaron a llenar calles, albergues, centros de acopio y supermercados
para poder ayudar a su hermano, tendimos la mano a cualquier hombre caído.
Me conmueve, incluso hasta las
lágrimas y con voz cortada, con los lentes empañados al escribir, como los mexicanos
hemos hecho más que el mismo gobierno, que si bien se ha quedado atrás, y
México fue mucho para él, tampoco se ha quedado tan atrás pues acciones como
las de aceptar cuanta ayuda internacional se ofreciese como activar protocolos
e incluso hacer girar al avión presidencial son acciones que, aunque pequeñas,
cuentan mucho pues lo que debemos tomar hoy en día los mexicanos es que por
cuan pequeña que sea la acción, al final todo suma.
Podemos hablar de héroes, de héroes
anónimos que se han puesto cascos, gafas y cubre bocas para recoger piedras
como también héroes que han sacrificad sus vidas por salvar a otra persona
desconocida; estos héroes merecen ser mencionados en esta humilde columna.
En primer lugar quiero agradecer a
cualquier persona que está allá afuera, no importa si leen mi columna, si no
saben quiénes son o si alguien les contará de esta, pues son ellos los que
harán que la patria se levante pues con sus manos, cargando trozos de concreto
y varilla, cargando botes llenos de escombro, cortándose con vidrios y cargando
de más sus cuerpos, sacrificando todo lo que tienen en cuerpo y alma,
levantarán lo caído y también harán que poco a poco construyamos, piedra por
piedra, lo que las placas tectónicas nos arrebataron.
También quiero agradecer a todos
esos países que han sabido hacer de la reciprocidad y la empatía su estandarte,
pues aunque México siempre ha ayudado sin esperar nada a cambio, hoy pudo ver
como todos sus esfuerzos de apoyo, todos esos abrazos mandados a nuestros
hermanos de otros países afectados ahora están siendo regresados con mucha más
fuerza, abrazos con más cariño cada vez más grandes pues países pequeños, con
limitaciones y restricciones han sacrificado todo por mandar a México cuanto
apoyo se requiera pues países como Panamá, Chile, Honduras, Guatemala, Colombia,
Ecuador y El Salvador, a pesar de sus problemas internos, han mandado un buen número
tanto de equipos como de especialistas en emergencias y rescate junto con apoyo
de víveres y artículos básicos, por otro lado el sismo ha permitido derribar
los muros ideológicos que tanto daños y segregación han causo permitiendo que
países , de los denominados grandes, como Estados Unidos, España, Israel,
Japón, Suiza o Alemania, han mandado ayuda con especialistas en rescate,
emergencias e ingeniería para colaborar codo con codo, mano con mano, con los
mexicanos que están partiéndose el alma y la espada por salvar a un compatriota
caído.
Por último, y no menos importante,
al contrario al último siempre se deja lo mejor, quiero agradecer los perros
que han llegado y han sido recibos como lo son que: héroes, pues son ellos
quienes han sido los responsables del rescate de muchas personas ya que por su
entrenamiento, su pequeño tamaño y sus características físicas han logrado
salvar a muchas personas atrapadas.
Y aquí es donde quiero hacer una
reflexión pues debemos saber que esos perros que tanto maltratamos,
abandonamos, atropellamos e incluso quemamos, esos animales que tanto hemos
rechazados y apedreado, que vemos como simples bestias, e incluso como un medio
para ganar dinero rápido, esos animales que tanto hemos lastimado son los
mismos que nos han salvado la vida, los mismos que pudieron o podrán salvar en
otra tragedia a tu madre, a tu padre, hermana, hijo, familiares y amigos; ¡hoy
es momento de dejar de llamarlos perros para comenzar a llamarlos héroes!
Esta columna ha sido muy extensa,
pero entre lágrimas, sentimientos patrióticos y la impotencia de no poder salir
a la calle (estoy recuperándome de una ruptura de ligamentos en el tobillo),
las palabras no alcanzan para agradecer a las personas que tanto han hecho por
México.
A ustedes chicas del equipo de
futbol femenil de la Universidad del valle de México Campus Puebla (UVM
Puebla), que han hecho dos viajes y han recolectado tantos víveres y artículos
como pueden, a ustedes chicos de Wild Dog Angelópolis que han entregado comida
gratis a mis amigas en su centro de acopio, al profesor Val Lima que en Morelos
ha coordinado cuanto ha podido poniendo en riesgo su vida y seguridad, a todos
aquellos que han dado RT a mis mensajes y a quienes han puesto desde un pan o
una lata hasta un camión o un millón de pesos, yo les doy las gracias y estoy
seguro que México también.
También les doy las gracias a
aquellos que con su indiferencia han tratado de hacer del terremoto de México
su cartel estelar. AL gobierno de Morelos que ha tratado de acaparar los
recursos y ponerse una estrellita en la frente, si, hablo de ti Graco Ramírez,
que has tratado de dañar mi segundo hogar. Gracias a los partidos políticos y
el INE, institución que funge por el bien de la democracia, gracias por hacer
de las donaciones un acto de campaña, y también gracias a aquellos que se han
escudado en la mediocridad y la indiferencia argumentando que no debemos
ayudar, que eso es trabajo del gobierno, que nosotros mismos provocamos que nos
robe y se hagan wey, gracias a todas esas personas que me dijeron que ellos no
tienen por qué ayudar, que mejor deberían poner su propio centro de acopio para
satisfacer sus necesidades a costa de otros; gracias por demostrar que existe
mucho que hacer para acabar con la pobreza de pensamiento. Con esas palabras
nos siguen motivando a seguir luchando por un país que queremos de verdad.
Hoy todo México está al servicio de
México pues aunque estemos sacrificando lo poco que tenemos, tenemos la certeza
de que llegará otra vez con la quincena, nuestros hermanos damnificados no
tienen ni la certeza de donde dormirán o harán sus necesidades esta noche.
Hoy México nos necesita por lo que
debemos tener presentes, hoy más que nunca, las palabras del himno nacional que
enmarcarán hasta el último día de esta dura y fuerte lucha: “Y sus
ruinas existan diciendo: de mil héroes la patria aquí fue”.
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