Puerto Rico y Estados Unidos: Cansancio existencial ante los tiempos de crisis

Cansancio existencial no significa pensamientos suicidas, significa ese agotamiento físico, mental, emocional y espiritual que sentimos todos los seres humanos en determinados momentos en nuestra vida.

 

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No puedo ser egoísta y pensar que solamente en Puerto Rico atravesamos difíciles momentos de crisis causadas por la ineptitud de los gobernantes, porque vamos de la mano en el mundo con aquellos que no les importa en lo absoluto gobernar para los pueblos que le eligieron y si para sus beneficios personales.

De entrada el título de esta reseña puede ser muy de impacto, pero no lo coloco por no sentirme así, porque pienso es el sentimiento de miles de personas en la isla del encanto Puerto Rico y millones en todos los Estados Unidos, porque la sabana de la crisis nos ha arropado a tal manera que sentimos nuestra barca tambalear sobre las olas de la presión, olas de desánimo, desasosiego, austeridad, falta de empleos, pobres servicios en los sistemas públicos de salud, educación, seguridad y en esos servicios "básicos" de toda tierra.

Pero no hay mejor ejemplo que aquel que nace de uno mismo para hablar sobre el desánimo existencial en esos parámetros de la cotidianidad, es por eso que escribo reflejando el sentimiento de impotencia absoluta que puedo estar sintiendo, el no ver la acción de mi pueblo puertorriqueño desanima descaradamente.

Poco a poco espero y espero que nuestro pueblo despierte de tantas injusticias, agravios, imposiciones desmedidas, atropellos, lo veo cual bella durmiente esperando que llegue el príncipe que le otorgue el beso de libertad de conciencia y le levante, olvidando que ese príncipe se llama DIGNIDAD, hemos cedido la dignidad ciudadana a manos de aquellos que nos han llevado a las crisis actuales.

Es difícil ver como las iglesias se unieron para la justa liberación del "preso político" Óscar López, pero son incapaces de utilizar sus medios para unir voces de presión mundial en favor de los refugiados, de los musulmanes que están siendo juzgados todos por igual por unos que no representan su religión o entornos, no veo ese amor predicado en el libro de los Hebreos Capitulo 13 Versículos del 1 al 3 que lee; 

“Permanezca el amor fraternal. No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.”

Se nos ha olvidado luchar por esa hospitalidad, hemos permitido que la peor lacra presidencial de esa supuesta "gran nación" llamada Estados Unidos, emprenda una injusta persecución contra nuestros hermanos, olvidando que en esa misma ola están los millones de puertorriqueños que han ido inmigrando durante años y que representan una fuerza laboral que impulsa esa "gran nación".

Me desanima e indigna la falta de lealtad ciudadana cuando permitimos que los políticos de los tres principales partidos de nuestra hermosa isla puertorriqueña se repartan el dinero que usted y yo pagamos a través de nuestra fidelidad y obligación del pago de los abusivos impuestos y nuestras contribuciones que son pagadas correctamente para que ellos las gasten en contratos nauseabundos para aquellos otros políticos que el mismo pueblo no seleccionó durante las pasadas elecciones generales en noviembre 2016, es como para llorar.

Nuestra incapacidad como pueblo de respetarnos ha ido descaradamente en crecimiento, permitiendo que los partidos PNP (Partido Nuevo Progresista), PPD ( Partido Popular Democrático), PIP (Partido Independentista Puertorriqueño) año tras año cuál sanguijuelas devoren todo a su paso y se recuerden de "defender" al pueblo votante cuando algo pueda representar una amenaza para sus intereses.

Ese cansancio que se siente sobre todos los procesos que a diario observamos y que en ocasiones hay medios que lo avalan para tener "noticias" que dar va creciendo cual bola de nieve rumbo abajo.

Me pregunto, ¿hasta cuando mi pueblo dormirá?, ¿cuánto durará ese letargo?

Duermen las iglesias, duermes las entidades sin fines de lucro, duermen las sociedades que agremian los supuestos defensores del pueblo, duerme la ciudadanía, porque estamos idiotizados por los malditos colores políticos que no nos deja crecer como pueblos y lo peor, no nos está importando el camino indigno que le estamos legando a nuestros hijos y esa juventud que día a día se tienen que marchar y dejarlo todo por tener un porvenir.

El saqueo político no ha tenido límite, han saqueado las universidades del estado, privando así de una libertad educativa para nuestros jóvenes, han saqueado la salud pública endeudando hasta sus madres por tal de ceder contratos absurdos y de poco proceder en favor de los pacientes a aquellas aseguradoras que son un asco en sus servicios.

Pero saben quien es el verdadero responsable de que todo esto suceda, nosotros el pueblo, porque hemos sido muy doblados ante los políticos y le cedemos nuestros derechos como el blanco papel sanitario le cede su blancura a la defecación.

¿Hasta cuándo? Simplemente, ¿hasta cuándo?

Es que acaso no nos seguirá importando el porvenir de nuestra niñez y juventud, de nuestros ancianos que ya no soportan ni un impuesto más sobre sus costillas, que tienen que seleccionar si van al médico y compran sus medicamentos o le dan de comer a sus familias, que los pacientes de cáncer vieron esperanza en un Centro Comprensivo de Cáncer y ahora a menos de cuatro meses de inaugurado, se visualiza la posibilidad de que lo cierren, esto drena y agota, desanima y cabrea, porque como humano me pregunto, ¿dónde está la dignidad del pueblo, las iglesias, las sociedades civiles que se supone defendieran las voces nobles de nuestro pueblo?.

La escritora rusa Helena Blavatsky, legó las siguientes palabras; 

“El peregrino que ansía refrescar sus secos labios en las aguas vivas, y sin embargo no se atreve a lanzarse en ellas por temor a la corriente, se expone a sucumbir de calor. Lainacción originada del miedo egoísta, no puede producir sino malos frutos.” 

Pues es la misma situación que atravesamos en Puerto Rico y en todos los Estados Unidos, ese temor a las corrientes, preferimos vivir sometidos al miedo egoísta y con ellos somos parte del problema, lo más triste, la parte más grande del mismo.

Si continuamos siendo la mano que ayude al opresor y no la voz que le le fustigue su imprudencia, despertaremos quizás cuando ya sea muy tarde.

Somos nosotros como pueblos los que permitimos todos esos abusos por nuestra intransigencia y falta de compromiso, porque no tenemos los calzones de detener a unos mediocres políticos y decir ¡Basta ya!, somos incapaces de poner un alto y decirles a éste pueblo se respeta, cuando nos percatemos que todo lo que sucede es culpa nuestra en gran parte, quizás comprenderemos lo vital de saber alzar nuestra voz decente y coherentemente, cuando aprendamos a sentarnos a la mesa de discusión como puertorriqueños sin vendas ni ataduras a discutir con decencia de principios el problema sobre nuestro estatus colonial y escuchar todas las opciones y no solo aquellas de conveniencia política y no la que beneficie a la ciudadanía, quizás podremos crecer como pueblo, mientras, continuaremos siendo carne de cañón de los parásitos y lacras políticas de la isla de Puerto Rico.

Al menos en los Estados Unidos se está comenzando a desnudar de muchas vendas y el pueblo está uniéndose como debe de ser, las iglesias están tomando conciencia, la clase artística y la prensa están compenetrándose en favor de los refugiados, de los inmigrantes que al final somos TODOS, porque habitamos un planeta que no nos pertenece.

Ya es tiempo de despertar, ya es tiempo de crecer, ya es tiempo de luchar, ya es tiempo de darnos a respetar, ya es tiempo, como también es tiempo de comprender que cuando hay un compañero de lucha que se siente agotado, abatido, decepcionado y desanimado por todas estas cosas, no es momento para juzgar sino para comprenderle.

Recuerden;

“La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas.”

(Albert Camus- Escritor francés. 1913-1960)

UNETE



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