Relato Breve "Una vida en blanco" de Ma Ángeles Álvarez

El mayor miedo de un escritor es enfrentarse a una hoja en blanco y que las ideas queden atrapadas en ese limbo al que la pluma no tiene acceso. Entonces, los ojos miran fijamente al papel, esperando que alguna lucecilla los ilumine con el destello que anuncia una imagen, una sensación, un pensamiento que convertir en letra. Sólo cuando ese destello aparece, el escritor logra juntar las palabras de manera que éstas sean capaces de transmitir una idea, un sentimiento, una emoción.

 

. Entonces, los ojos miran fijamente al papel, esperando que alguna lucecilla los ilumine con el destello que anuncia una imagen, una sensación, un pensamiento que convertir en letra. Sólo cuando ese destello aparece, el escritor logra juntar las palabras de manera que éstas sean capaces de transmitir una idea, un sentimiento, una emoción.
Pero, en ocasiones, la oscuridad perdura mermando su paciencia, menoscabando su entereza hasta conducirlo al borde de un precipicio del que, si cae, sabe que no volverá a emerger.

La vida es como una hoja en blanco, sobre la que cada uno debe escribir su propia historia. Y, como para el escritor, el mayor temor de un hombre es no poder escribir nada valioso en ella.

Hay quien tiene una existencia plagada de momentos preciosos, de escenas conmovedoras, de amigos, de amores…, de gentes que van y vienen y dejan su pequeña huella tatuada en nuestra piel. Una huella que contribuye a forjar nuestro carácter, a crear nuestra propia identidad.

Pero hay quienes mantienen esa hoja en blanco, porque se niegan a escribir en ella, se oponen a plasmar, letra a letra, sus sentimientos, sus emociones… Y, pese a que los amores, los amigos y los afectos se suceden, uno tras otro, ante su puerta, ellos se niegan a abrirla, se resisten a sentir, a amar… en definitiva, a vivir.

Sólo cuando el tiempo se acaba, cuando llegan al final del camino, son conscientes de que han perdido su oportunidad, de que hace ya mucho que agonizan en el fondo de ese precipicio del que no se puede regresar. Y sienten miedo. Y las imágenes se suceden ante sus ojos, unas imágenes de personas, de amores y de amigos que rechazaron, a los que no les permitieron acceder y llegar hasta ellos, a los que no les dijeron cuánto les amaban, cuánto les necesitaban. Ahora, ya es tarde, ya nunca lo sabrán.

UNETE



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