Estoy cierto
que en el lenguaje cotidiano penquista se suele hablar del Gran Concepción en
referencia a la conurbación, a ese espacio territorial aglutinante del conjunto
de comunas que componen la Provincia de Concepción. No obstante ello, en esta
instancia evoco el concepto pensando en algo un tanto diferente; más bien en
cómo engrandecer nuestra ciudad de tal modo de hacer de ella precisamente un
Gran Concepción.
Para
lograrlo, creo que lo que se demanda de nosotros en tanto comunidad, en primera
instancia, es ser capaces de construir colectivamente y hacia el futuro una
visión de ciudad diferente, pensando y sobre todo creyendo, que sólo mediante el
trabajo mancomunado y conjunto, actores diversos, aun con intereses en
principio divergentes, somos más capaces de emprender nuevos proyectos en la
ciudad o incluso, quizás menos ambiciosamente, al menos articular de un modo novedoso
acciones que ya estamos cotidianamente ejecutando.
Visualizo
para ello la primera condición de incrementar nuestra capacidad de articulación
social, como un requisito para que el incentivo de competir por recursos y
espacios siempre escasos no supere el sentido de cooperación requerido para emprender
la tarea de construir un espacio esencialmente compartido, como lo es una
ciudad.
En segundo
lugar y producto de lo anterior, ha de surgir la necesidad de recoger la
historia de nuestra ciudad. En efecto, una nueva visión del futuro no puede
estar inconexa de la comprensión del pasado y por lo demás, se fortalece la
sinergia de nuevos cursos de acción conjunto y el sentido de cooperación,
cuando logramos recoger una identidad, en función del reconocimiento de una
historia que nos es común.
No
obstante, aun con la relevancia de lo anterior, esencial es contar con una base
de liderazgo fuerte, capaz de concertar una visión común y articular esfuerzos
de actores diversos. La innovación demanda de líderes promotores del cambio y catalizadores
de visiones compartidas. Apoyar entonces el surgimiento de líderes locales, con
raíces en la ciudad y que tienen su corazón en ella, es quizás el primer paso
en la ruta hacia un Gran Concepción.
* Columna publicada en Diario de Concepción, edición
domingo 07 de agosto de 2011.