Reseña "Sin Epitafio" de Francisco José Jurado

Una investigación policial en Córdoba con el inspector Benegas al frente nos lleva también a la caída de la orden de los templarios. Tenemos un dos por uno pese a que la primera, será la trama central.

 

. Tenemos un dos por uno pese a que la primera, será la trama central.
  La aparición de un cadáver calcinado y decapitado se presenta como un crimen posiblemente relacionado con el narcotráfico, pero la localización de un segundo cuerpo, hace que se conviertan en un mismo caso. Un siniestro corte en el pecho de ambos fallecidos les relaciona, aunque el primero –un hombre– nada tenga que ver con el segundo –una mujer–. Proceden de mundos dispares que se entrecruzan pasando de lleno por la subtrama medieval en la que Francisco José Jurado nos llevará de la mano por el escenario que también pondrá punto y final a la vida del Gran Maestre de los templarios, Jacques de Molay.

  Una manera original de entretejer universos a siglos de distancia que pretende liarnos para generar una expectación que consigue. Para ello, es fundamental una buena organización de los hechos a presentar. Lo hace intercalando los dos mundos, lo que a priori suscita el lógico desconcierto. De eso se trata. Al final, llegaremos al ajá que el lector pronunciará cuando todo encaje. Pero la acción más interesante y el vértigo de la investigación se hará desear, ya que llegará en el tramo final.

  Como conductor del trabajo policial, el inspector Benegas –al que he conocido en “Sin epitafio” aunque ya se había estrenado en la literatura– se eleva como protagonista principal, aunque el autor se esmera con sus compañeros de comisaría.

  Afortunadamente –porque esa fórmula cansa– no es el clásico policía crápula y vuelto de todo. Aunque los tonos y contextos de interrogatorios y ratos duros de comisaría más clásicos no faltan, Jurado nos concede un poco de su vida personal, que de todas formas, con la investigación que tiene entre manos, queda prácticamente reducida a la nada. Porque su entorno personal se mezcla, lógicamente con los colegas de comisaría.  “Sin epitafio” cumple con los ingredientes básicos de novela negra para provocar el interés que este género necesita.

  La escritura es sencilla. No reviste complicación. No la busca el autor, (aunque muchas frases se alargan de manera excesiva) porque bastante tiene con jugar a despistar al lector, mientras trata de encontrar los nexos de unión entre los crímenes. Los actuales y los del pasado.

  Me gusta el recurso y su manera de utilizar la ironía. Se agradecen las pinceladas que va soltando en boca de Benegas, para que no todo sea tan negro, aunque el humor que presente, muchas veces, tenga un color similar. Ironías –a veces guasa, a veces coña– que no siempre están asociadas al trabajo de investigación policial, sino al escenario elegido por el autor, Córdoba, su ciudad natal.

  La homenajea de alguna manera, pero Francisco José Jurado tampoco tiene reparos a la hora de contar y criticar lo cutre que todas las ciudades y sus gentes –sean o no tan bellas como Córdoba– esconden. Y a veces, ni eso, porque no siempre lo negativo está tan escondido y porque las apariencias engañan más de lo deseable. Demasiadas.

  Una novela entretenida. Cuidada. Interesante. Es mi estreno con Francisco José Jurado, al que además El libro durmiente, tuvo el placer de conocer en persona, en una conferencia que ofreció en Algeciras el pasado mes de Mayo.

UNETE



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