Hill, Toni – Entrevista13 mayo, 2016mastereldEntrevistasToni Hill (Barcelona, 1966) es licenciado en Psicología, aunque lleva años trabajando en el ámbito de la traducción literaria. En 2011 publicó su primera novela, El verano de los juguetes muertos (Debolsillo), que fue un éxito instantáneo de crítica y ventas, y cuyos derechos fueron vendidos a casi una veintena de países. A esta novela le siguieron Los buenos suicidas (Debolsillo, 2012) y Los amantes de Hiroshima (Debolsillo, 2014), que completaron la exitosa trilogía de novela negra protagonizada por el inspector Héctor Salgado.En Los ángeles de hielo, Toni Hill nos ofrece una magistral historia de intriga psicológica, que penetra en los rincones más oscuros de la mente humana a la vez que nos refleja el ambiente de unos años marcados por la guerra y la tensión social.Entrevista realizada por Jon Reyes con motivo de la publicación de su última novela: “Los ángeles de hielo”.Enhorabuena por el libro. ¿Qué tal está yendo la presentación?Muy bien, la gente y los lectores están reaccionando de manera muy positiva.Se acerca el Día de Sant Jordi, gran día de la cultura y las letras en Cataluña.Es cierto. Es un día especial. Se respira literatura, las calles se llenan de gente y lo mejor no es que todo el mundo compra libro, sino que todo el mundo regala uno.Es importante fomentar la literatura en las lenguas minoritarias, como el catalán. Aquí el euskera en la literatura también tiene mucho nombre.A ello se le suma la posibilidad de comprar literatura para uno mismo.Es importante que los lectores se acostumbren tanto a comprar novelas para regalar como para ellos mismos.¿Cómo describiría la novela?Es un libro muy ligero, con capítulos muy fáciles de leer. Tiene unos primeros capítulos muy livianos, con la presentación de los personajes donde los nombres comienzan a entrelazarse. La chica asesinada ha ido al colegio; lugares que coinciden y vas viendo hacia dónde va el tema. Es una forma de secuestrar el lector. Es una novela sin género, hasta que de golpe entras en el suspense psicológico.Un chico que viene de la Guerra, su relación con Blanca…No sigue las líneas de sus anteriores novelas, ¿no?Quería cambiar un poco, las anteriores son claramente novela negra, donde si no hay una muerte en la primera página, la hay en la segunda. Todo gira entorno a dicha investigación. Aquí no, tiene toques góticos, pero no deja de ser una historia.¿Por qué centró la novela en los primeros años del siglo XX?Quería escribir una novela sobre los inicios de la psiquiatría, en las primeras dos décadas del siglo XX. Las encontré muy atractivas.El libro tiene tres narradores ¿Cómo le surgió la idea de escenificarla así?La idea era introducir dos narradores, por un lado el diario y por otro el narrador omnisciente, que sigue a Frederic, y luego está el director del Sanatorio, que habla y escribir desde 1931.¿En qué se inspiró para realizar este formato?Es un homenaje a las novelas del XIX. Esas novelas de fantasmas. De hecho, la idea era comenzar con el director del sanatorio al principio y al final; es un recurso muy utilizado por los autores de aquella época.No olvidamos que la novela arranca con dos historias, la lectura de un diario en 1909 y la narrativa que data de 1914 con los personajes. Ese punto del diario marca un antes y un después en la novela.Estoy convencido que el diario es una de las partes más importantes del libro. Al principio pensé en alargarlo, pero luego vi que no dejaba de ser un diario, no tenía sentido seguir con él.Un libro que te engancha en cada página.El final de la segunda parte es el momento en el que te quedas enganchado. Es como si saliera yo y contase el libro. Es un punto en el que sucede algo impactante y al lector le surge la necesidad de saber qué hay después.Quizá el tema de la Primera Guerra Mundial es menos tratado o menos conocido, se va olvidando en el tiempo.Todo lo que vaya más allá de la Guerra Civil cuesta, no es un tema actual y la gente tiende a olvidarlo. Pero yo me siento cómodo ahí.Aun así, no es un libro que hable de la Gran Guerra, sólo aparece en pinceladas.Exactamente, el tema se trabaja como telón de fondo, no como primer protagonista.¿Tuvo que documentarse para poder hacer la novela?He leído mucho sobre la Primera Guerra Mundial y sobre la psicología, ya que soy psicólogo de formación. Pero intento que las novelas no sean tochos.La novela es, por otro lado, un reflejo de la sociedad de aquel entonces.He intentado que quede reflejada la sociedad de aquel entonces, la burguesía de principios de siglo y su ostentosidad. Tanto la de Viena como la de Barcelona, los gastos en sus casas, sus coches, el arte…La sexualidad también queda reflejada en la novela.Es uno de los grandes temas del siglo XX. La sexualidad y la psicología quedan unidas y son muy tratadas. Es entonces cuando se da a conocer que tanto los niños como las mujeres tienen sexualidad. Hasta entonces no se sabía o si se sabía no se era consciente. Se ponen de manifiesto temas que hasta ahora no se llevaban a cabo.El amor es uno de los puntos que se trata en la novela.Hay ciertas reflexiones sobre el amor, el engaño, sobre cómo llegamos a engañarnos a nosotros mismos… y también sobre la parte más oscura del ser humano, ya que estamos hablando de un crimen.Pero también hay momentos más felices, digamos, más sentimentales.Efectivamente, esa conversación que tiene Frederic con su padre… son reflexiones que amplían el abanico de género de la novela, para no mantener ese thriller psicológico a lo largo de toda la novela.¿Le da muchas vueltas a las novelas?Sí, soy mucho de planear. No hago nada a la ligera. A veces escribo del tirón, pero luego lo repaso todo, modifico párrafos, adapto las versiones… Son libros hechos con mucho cariño.