La inevitable decadencia de las humanidades como
profesión
No
cabe duda de que estamos en un momento de cambios y de zozobra a nivel mundial
en todos los niveles, pero este artículo solo trata de un pequeño pero
trascendental tema relacionado con el aspecto laboral en especial para aquellos que
se dedican a esta rama que se le conoce como ciencias sociales y/o humanidades. No hace
mucho en el mes de Junio de 2015, el ministro de educación del gobierno japonés,
Hakubun Shimomura, aconsejó a las universidades estatales de su país eliminar las carreras que tienen que ver con
las ciencias sociales o las humanidades debido a que estas ya no son útiles a
la sociedad y el mundo del trabajo no las requiere, y por el contrario darle
más apoyo a las ciencias exactas y administrativas que es lo que necesita de
manera urgente, según él, el mundo moderno.
Este
debate ya está sobre las mesa en
diferentes partes del mundo, los académicos e intelectuales se devanan los
sesos y se preguntan ¿para qué “carajos” sirven las humanidades, en este, el
siglo XXI? Pero hagamos un “recorderis” histórico de la situación.
Esto tiene una trayectoria que se viene dando desde hace unas décadas para acá,
en el comienzo de lo que aún se le conoce como la era digital, que dio inicio por
allá en los años 70, en los países del primer mundo. Estos cambios, desde
el ámbito educativo inician más
precisamente cuando las universidades empezaron a introducir cambios en sus
mallas curriculares e introduciendo nuevas carreras para saciar las nuevas
áreas comerciales e industriales en el que el mundo giraba, esto dio como
resultado, una mayor movilidad de estudiantes hacia carreras como
Administración, Contaduría, Finanzas, carreras técnicas y afines, con el
propósito de saciar la demanda laboral que exigía más carreras con componentes
prácticos que teóricos, porque el ominoso mundo del trabajo así lo reclama.
Desde entonces han pululado universidades e instituciones de educación superior
que ofrecen carreras para satisfacer este tipo de mercado laboral, esto es una
muestra de hasta donde se ha llegado con esto que llamamos globalización y como
las universidades se han convertido en las prostitutas del consumismo pero esto
será tema para otro artículo.
Estudie algo que de “plata”.*
En
nuestra realidad colombiana la cosa no es muy distinta, en un país en vías de
desarrollo, el mundo laboral gira entorno a las necesidades de primera mano de
la nación, es decir la de producir mano de obra calificada, que sirvan al
sector industrial (sector minero y
alimentario especialmente) y por allí está enfocada la demanda laboral,
esto nos trae a la mente lo expuesto por el ministro japonés, “pasos activos para abolir dichas
organizaciones o transformarlas para servir a otras áreas que atiendan mejor
las necesidades de la sociedad”.
Si
bien ninguno de nuestros “honorables” ministros se ha pronunciado respecto a
este tema es notable ver las tendencias de los jóvenes en nuestros colegios que
están a punto de graduarse de la media vocacional en el país. Si se les
preguntan que quieren estudiar ellos responden casi al unísono “Administración,
Derecho, Contaduría o alguna carrera técnica
en el SENA”* y si se les pregunta por qué no estudian Literatura, Historia,
Antropología, Sociología, o Artes
responden “es que eso no da plata” o “y eso pa’ que sirve” dejándonos ver el espectro
cultural que nos rodea y en el cual crecimos todos los colombianos ya que nuestro padres siempre nos han
inculcado el exagerado amor por el dinero y que para ello debemos es “producir”
como se conoce en el argot popular, vivir para trabajar, y trabajar para vivir.
La verdad duele, así que admítalo.
Hemos
visto hasta ahora los argumentos expuestos por los poderosos para denigrar la
profesión humanista, claro, es entendible desde el punto de vista de que
estamos viviendo en un mundo globalizado donde priman los negocios, la
industria y el consumismo y donde ya no tiene cabida el pensar o reflexionar
sobre cuestiones fundamentales de la vida humana y nuestra vida como especie.
Pero dejando a un lado la nostalgia y el romanticismo por lo que ya no es. A
continuación voy a argumentarles y a aconsejar porque NO es recomendable
estudiar humanidades bajo ciertas condiciones.
En
primer lugar para estudiar humanidades se requiere de un excelente nivel
intelectual y de leer demasiado, cosa de la que carecemos el 90% de la
población colombiana acostumbrada a lo fácil, y a que todo nos lo expliquen con
plastilina y de manera superficial, muy superficial diría yo. Así que si usted
creyó, estimado lector, que por leer dos libros al año usted es un “duro” pues
se equivoca, y se equivoca aún más si cree que sabe de Historia porque leyó a
Dan Brown, lo reto a que lea algo de Foucault, Braudel, Webber, Bloch o Hegel y
ahí si le digo que tan intelectual es, de lo contrario dedíquese a otra cosa.
Segundo
si va a estudiar humanidades asegúrese primero de ser solvente económicamente,
algo clave para entender a los que estudian humanidades es que son gente que
tienen los recursos suficientes para vivir de ello, (admitámoslo son gente con
plata) porque hay que ser claro, las oportunidades laborales en este campo son
muy escasas y los que estudian humanidades y no tienen los recursos económicos suficientes
empiezan a sufrir por la falta de dinero aun antes de concluyan la carrera, por
eso los humanistas que son exitosos investigadores o escritores no les falta
nunca el dinero porque siempre la han tenido, aun si nunca se ha dedicado a la
profesión como tal, es más para ellos la profesión de las ciencias sociales o
humanidades no representa ninguna fuente de ingresos adicional lo hacen como un
lindo pasatiempo, cosa de mera erudición. Así que sin dinero mejor quédese
quietico. Y tercero relacionado a lo que ya se mencionó antes, la escases de
ofertas laborales para esta área son notables, solo haga el ejercicio de
ingresar a una de tantas páginas que ofrecen empleo y verán que son casi
inexistentes las demandas por un historiador o un antropólogo. Como conclusión
si usted no cumple con los anteriores requisitos, no estudie humanidades y Hágales caso a sus papás cuando le digan
“estudie algo que de plata”. Como decimos en estas tierras “no se las venga a
dar” de bohemio intelectualoide, que del conocimiento trascendental y profundo
de lo humano ya no se vive (lamentablemente), así que no desperdicien su tiempo
estudiando carreras que están en plena decadencia como las ciencias sociales y
las humanidades.
*Plata:
en la jerga popular colombiana significa dinero
*SENA:
(Servicio Nacional de Aprendizaje) Institución educativa colombiana que capacita
a personas en diferentes áreas técnicas y las prepara para el mundo laboral.
Fuentes.
“La
mala hora de las humanidades”. Diario el Espectador. Publicación del 13 de
Octubre de 2015.
“Japón dice adiós a las carreras de Humanidades en
pro de las Ciencias”. Diario el economista.es. Publicación del 17 de Marzo de
2016