Tiempo de transformaciones sociales.
Algunos acontecimientos recientes como las crisis
financieras en Europa y Norteamérica, los levantamientos sociales en medio
oriente y una elevada tendencia que se refleja en gran diversidad de países, en
donde la voluntad mayoritaria elige gobiernos con preferencia a la izquierda,
por mencionar los más trascendentes, permiten pensar que estamos en el umbral
de grandes transformaciones, que aquella expresión que señala que vivimos en
una época de cambio, no es un lugar común.
Adicionalmente habrá que poner sobre la mesa de
análisis, que en esta evolución, la aparición de las redes sociales, está
jugando un papel muy importante, un efecto que le otorga al individuo un poder
de expresión inédito, que de alguna manera lo hace parte de los acontecimientos
y no un testigo presencial incapaz de involucrarse, una nueva forma de
expresión que cotidianamente va ganando terreno e influencia.
La reflexión habrá que dividirla en dos partes, la
primera ubicando las causas de estos movimientos y la segunda en el efecto que
tienen y producen, con la intención de poder concluir planteando posibles
escenarios en el corto y mediano plazo.
El motivo principal de la crisis económicas, mas allá
del detalle que corresponde al panorama económico de cada país y región,
proviene en general de un intento gubernamental por aumentar el
gasto público en función de otorgar mayores satisfactores sociales, sin que
esto realmente logre suceder y se relacione con la fortaleza de un proceso
económico equilibrado, el sobre endeudamiento que se observa en las principales
potencias globales, no significa que sus economías estén funcionando
adecuadamente.
Las tendencias de libre mercado han dejado de cumplir
sus objetivos para incrementar la producción y el comercio a falta de un marco
regulador, por tanto la competencia, en muchos casos desleal, está produciendo
enormes inestabilidades y una suerte de sumisión entre los mercados.
Esta circunstancia provoca enormes disparidades, la
acumulación de grandes capitales en un número reducido de actores, en
contraparte con colosales brechas de desequilibrio social y aumento de la
pobreza.
Esta tendencia explica porque de la propensión hacia
la izquierda, políticamente más concentrada en la agenda social, al menos en la
teoría, por ejemplo en Latinoamérica, el único gobierno abiertamente de derecha
es el chileno, incluso el colombiano que tiene ese origen se mueve más hacia
una política de centro.
En Europa el síntoma es similar, los países más
importantes como Inglaterra, Alemania, Francia, Suecia, Dinamarca y Holanda
entre otros, son gobernados por la izquierda, aunque en estos casos habría que
decir que son de un talante moderado.
Por otro lado, en alusión a los fenómenos sociales de
medio oriente, es claro que lo que ahí está de manifiesto, es una lucha en contra
del autoritarismo que reprime las libertades de pensamiento, un combate a
regímenes anquilosados que se fundamentan en el culto a la personalidad y que
por definición tienen una característica represora, aun en los que la economía
y la distribución de la riqueza no pasan por momentos difíciles, lo que hace
palpable el avance de una nueva cultura de expresión, por encima incluso de el
fanatismo religioso, asunto que en medio oriente es por necesidad referencia y
va ligado al ejercicio del poder.
En cualquiera de ambas situaciones, lo que se observa
es un proceso cultural diferente, que implica una exigencia mayor de libertad,
no solo para el autónomo ejercicio de las garantías sociales, también para la
libre expresión.
Las diversas formas de gobierno, por eso la
generalización, están viéndose obligadas a presentar una agenda que involucre
una mayor participación colectiva, una postura económica más proporcionada.
El capitalismo a ultranza está perdiendo la batalla
por su característica impersonal, por su orientación a la especulación
financiera, por su falta de controles y estímulos colectivos, las izquierdas
postulan una reivindicación moral del ciudadano, ante el avance frenético del
mercado, un contraste con el neoliberalismo que abandono las causas
comunitarias para favorecer al capital.
Independientemente de que el acceso a la democracia
permite en el papel la libre determinación de los pueblos para elegir a sus
gobiernos, estos en muchas ocasiones no cumplen con sus ofertas de campaña
electoral y desvían su accionar en función de factores de ocasión,
privilegiando precisamente a los grupos minoritarios cercanos al poder, creando
una enorme desilusión general.
Ahora bien, esta coyuntura en el pasado aumentaba la
falta de interés, y el abstencionismo electoral, sin embargo con la irrupción
de las redes sociales, se dio paso a un esquema innovador de opinión, que sin
necesidad de agrupación o filiación permite al ciudadano, hasta desde el
anonimato, poder opinar y criticar, aun cuando esto suponga algunos abusos, es
una herramienta de contacto que expone abiertamente el sentir colectivo.
Por su facilidad de uso y la dificultad de
censurarlas, las redes sociales son sin lugar a dudas una extraordinaria
referencia del ambiente social, parámetros que aportan datos y cifras alrededor
de situaciones generales o especificas.
Un fenómeno que limita la capacidad de los gobiernos
para intentar conducir la información a modo, de forma que esta influya
positivamente, porque si bien no se les puede considerar medios informativos
formales, si son instrumentos para captar las reacciones, sin posibilidad de
que la autoridad controle esas opiniones.
De tal forma que para concluir el análisis, habría que
decir que en efecto estamos atravesando por una época de transformación, en
base a las causas explicadas, que implica una mayor participación
social, que por necesidad deberá obligar a las clases gobernantes a
replantearse a sí mismas y sus métodos, sin la ventaja tradicional del uso de
la fuerza para reprimir, mucho menos para imponer, los tiempos del
autoritarismo están en proceso de extinción.
A través de formatos como las redes sociales, cuyas
características al menos le otorgan al individuo una sensación de participación
directa, aun y cuando sus opiniones no sean consideradas al pie de la letra, en
la suma de las mismas se observan tendencias generales, imposibles de
manipular.
Todo sistema, incluidos los políticos, tienden con el
paso del tiempo a modificarse para ser atractivos al electorado, de otra forma
se condenan a sí mismos favoreciendo la participación de otras corrientes, el
escenario actual pone sobre la mesa esa urgente necesidad, con la diferencia de
que la apertura en la comunicación ya no significa control o manipulación, que
habrá que atender y considerar efectivamente el ánimo social y sus tendencias
para poder crear una oferta capaz de convencer, no solo a través del uso de la
publicidad y el marketing tan de moda en la década pasada, sino con actitudes
congruentes y propuestas tangibles.
La crisis sirven también para plantear soluciones.
En la semana próxima presentaremos en este espacio,
una serie que pretende no solo exponer la problemática que significa un
escenario de crisis como el que tenemos por delante y sus consecuencias,
también para reflexionar acerca de que estos fenómenos representan la
oportunidad para innovar y plantear mecanismos para resolverlos.
guillermovazquez991@msn.com
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